La búsqueda de vida extraterrestre es una de las misiones que la humanidad más ansia lograr. Y es que saber que no estamos solos en la vastedad del universo es un acometido que aún no se ha podido concretar. Sin embrago, los científicos ya buscan una respuesta para este enigmático desafío que cambiaría el destino y nuestro rumbo como humanidad.
Alan Stern, investigador de la misión New Horizons, que actualmente se encuentra estudiando Plutón, enarboló una hipótesis que fue ampliamente aceptada tanto en el mundo científico como en los círculos ufológicos y conspiranoicos.
La solución de Stern vendría a dar solución a la famosa paradoja de Fermi: Si es cierto que existen civilizaciones extraterrestres. Este científico postuló que, probablemente, no hemos podido encontrar vida extraterrestre inteligente porque nuestros vecinos galácticos estarían confinados a vivir en océanos subterráneos de mundos helados como las lunas de Saturno y Júpiter, como Encelado y Europa. Todos hábitats hostiles, pero que bajo la superficie sí podrían albergar la existencia de vida inteligente.
Esta teoría fue lanzada durante una reunión de la División de Ciencias Planetarias de la Sociedad Astronómica Americana, celebrada recientemente en la localidad de Provo, en Utah y podría ser una posible respuesta al misterio que rodea el no poder contactar a ninguna otra civilización que viva fuera de nuestro planeta.
Las razones por las que no hemos podido establecer contacto son muy variadas, de acuerdo con los científicos: podría ser que simplemente no quieran establecer contacto con nadie, que realmente estemos solos en el universo, que estemos utilizando tecnologías incompatibles y que por eso no nos hemos podido contactar, también está la posibilidad de que los planetas donde las civilizaciones surjan por miles de años sean lugares raros en el cosmos y que por eso no hemos dado con uno de ellos aún.
Las teorías suman y siguen , pero lo cierto es que la idea emitida por Stern tiene mucho fundamento ya que la idea de que existan civilizaciones bajo la superficie se sustenta con el argumento de que al no estar expuestas a amenazas externas, estas presuntas inteligencias podrían haber escapado a desastres naturales como la caída de meteoritos o la quema de la vida producto de llamaradas solares.
Stern advierte que esta hipótesis está aún en pañales pero que les fija un punto de partida para la búsqueda de posibles compañeros en el universo. Incluso dice que ya hay planes para taladrar las gruesas capas de hielo de mundos helados como Europa, para poder ver si efectivamente bajo la superficie podríamos dar fin a la búsqueda de una raza que acabaría con nuestra soledad en el cosmos.