Un hombre transgénero ha dado a luz a un bebé sano cinco años después de tener su primer hijo como mujer. Kaci Sullivan, de 30 años, se convirtió en la primera persona en el mundo en dar a luz mientras vivía con ambos géneros, cuatro años después de que comenzó la transición de mujer a hombre.
El estudiante de negocios concibió con su compañero Steven, de 27 años, después de un descanso de tomar hormonas masculinas. Se sometió a una cesárea después de siete días de labor antes de darle la bienvenida a Phoenix, que pesa 8 libras.
La pareja no ha revelado el sexo del bebé y dice que el niño será criado como «neutral en cuanto al género» hasta que tenga edad suficiente para decidir su sexualidad.
Kaci ya tenía un hijo, Grayson de cinco años, con su ex marido, a quien dio a luz mientras vivía como mujer antes de hacerse transgénero.
Pese a las críticas por internet, la valiente Kaci decidió hablar para romper el estigma en torno a la paternidad trans. Dijo: «En el momento en que salió el bebé y pude escuchar su llanto fue indescriptible. Es increíble pensar que he hecho este pequeño ser humano. Estamos muy felices y agradecidos y disfrutamos pasar tiempo juntos como familia. Algunas personas se han sentido perturbadas por la idea de que yo dé a luz, pero no me involucro ni respondo. Si veo esos comentarios, me deshago de ellos. Tratarán de encontrar nuestro espacio seguro y lo violarán con sus opiniones, pero son unos idiotas. No desperdicio mi tiempo o energía dándoles nada a cambio. Debido a que no veo el embarazo como algo intrínsecamente femenino, y porque no me suscribo a los roles de género imaginarios, no me sentí amenazado por la idea de un embarazo. No me hizo sentir menos masculino.
Kaci, siempre luchó con su identidad, un problema que empeoró cuando sufrió abusos que comenzaron cuando solo tenía cuatro años. Conoció a su primer marido a los 19 años y se casó en 2010, pero a los 20 años luchaba contra la depresión severa y comenzó a beber en exceso. Cuando Kaci se quedó embarazada de su primer hijo en julio de 2011, esperaba que convertirse en madre lo hiciera sentir más femenino, pero se quedó en un lugar oscuro cuando no lo hizo. Él dijo: «Durante toda la experiencia, recé para conectarme con la feminidad, para identificarme con lo que estaba sucediendo en mi cuerpo, pero no pude. Me sentía perdido y quería morir. Caí en un lugar tan oscuro y me aterrorizó traer un bebé a esa oscuridad conmigo. Pero en el momento en que lo pusieron en mis brazos fue una bendición. Inmediatamente lo amé como si nunca hubiera amado a nada ni a nadie y sentí una gran cantidad de obligaciones hacia él».
Para finalizar agregó: «Nuestra identidad sexual y de género no tiene nada que ver con los roles de género socialmente construidos. Estos son tres conceptos completamente separados. La arquitectura de tu cerebro no cambia dependiendo del color con el que te vista cuando eres bebé».
Hoy, con su sexualidad completamente asumida, puede vivir las cosas como se deben: en el amor y el afecto, sin importar la condición de géneros.
Fuente: Mirror