Los científicos han descubierto que ‘Oumuamua, el objeto interestelar que pasó a través de nuestro Sistema Solar en octubre, puede no ser lo que parece.
Se había pensado que este objeto era un asteroide de otro sistema planetario porque no se había encontrado un ápice de polvo y gas a su alrededor, algo que tienen los cometas helados cuando se derriten o se subliman.
Sin embargo las últimas observaciones de ‘Oumuamua, publicadas en Nature Astronomy, muestran que la superficie del objeto tiene una capa rica en materia orgánica. El estudio sugiere que esta cáscara podría haber protegido un interior oculto de hielo, para que no se evaporase durante su paso cercano a nuestro Sol.
«Cuando se detectó no mostraba signos de actividad cometaria», le dijo a IFLScience Alan Fitzsimmons de la Queen’s University Belfast, autor principal del estudio. «Sin embargo tenemos espectros del objeto que muestran que es muy similar a los objetos ricos en hielo del Sistema Solar exterior».
Con espectros, los investigadores se refieren a la medición de la luz del objeto para ver de qué elementos está compuesto. En este caso, el cuerpo extraño parece tener una capa de carbono en su superficie; es decir, una «capa orgánica», puesto que este concepto básicamente se refiere a la presencia de carbono, como explica Jonathan O’Callaghan en IFLScience.
Antes de salir nuevamente de nuestro Sistema Solar, ‘Oumuamua pasó a una proximidad de 0,25 UA (unidades astronómicas) del Sol, que es una cuarta parte de la órbita de la Tierra. Si el objeto hubiera sido un cometa, a esa distancia hubiera sido esperable ver señales de su hielo sublimándose (cambiando de sólido a gas).
Como este no fue el caso, se pensó que era un asteroide (carente de hielo), pero este último estudio sugiere que sí pudo haber sido un objeto helado, lo que cambia la forma en que pudo haberse formado en el sistema planetario desde el que el que llegó.
«Sabemos que no es similar a ninguno de los asteroides que se encuentran relativamente cerca de nuestro Sol», dijo Fitzsimmons. «Las expectativas anteriores han sido que la mayoría de los objetos expulsados de los sistemas solares, durante la formación de planetas, debieran haber estado congelados, por lo que esto encaja con esa expectativa».
El objeto sigue siendo muy inusual y hay muchas preguntas sin respuesta. No sabemos de dónde viene ni qué edad tiene, aunque se ha sugerido un límite superior de 10 mil millones de años. Podría ser posible ver actividad cometaria mientras sigue su camino hacia afuera del Sistema Solar.
Los científicos esperan descubrir más objetos interestelares como este en el futuro y entender de qué están hechos y si son gélidos o no, lo que podría decirnos más sobre cómo se forman otros sistemas planetarios.
El Ciudadano, vía IFScience