«Entonces Herodes se enfureció en gran manera y mandó matar a todos los niños que había en Belén y en todos sus alrededores, de dos años para abajo…»
La razón de por qué hay tantas obras que plasman el infanticidio a partir de la Edad Media.
Detalle de la matanza de niños, Manuscrito del s.X
La Biblia recoge dos infanticidios cruciales para la religión cristiana: el primero ocurre en el Viejo Testamento, precisamente en el Éxodo, el libro que narra la esclavitud y liberación de los hebreos de Egipto. Se trata del instante en que el faraón ordena a las parteras que maten a todos los hijos varones de los hebreos, al temer del poder que los esclavos podrían tener en el reino:
«Y el rey de Egipto habló a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra, y la otra Puá, 16 y les dijo: Cuando estéis asistiendo a las hebreas a dar a luz, y las veáis sobre el lecho del parto, si es un hijo, le daréis muerte, pero si es una hija, entonces vivirá. 17 Pero las parteras temían a Dios, y no hicieron como el rey de Egipto les había mandado, sino que dejaron con vida a los niños».
Moisés salvado del agua (1904) – Lawrence Alma-Tadema
La hija del Faraón encuentra a Moisés en el Nilo (1886) – Edwin Long
Se trata del principio de la historia de Moisés, que nace bajo este contexto y después de permanecer tres meses oculto, es abandonado a su suerte en una canasta a través del Nilo, recogido por la hija del faraón. Esta escena es recurrente en el arte del siglo XIX y a pesar de que no plasma el infanticidio de forma explícita, da cuenta de una de sus principales consecuencias.
«El rey de Egipto hizo llamar a las parteras y les dijo: ¿Por qué habéis hecho esto, y habéis dejado con vida a los niños? 19 Respondieron las parteras a Faraón: Porque las mujeres hebreas no son como las egipcias, pues son robustas y dan a luz antes que la partera llegue a ellas. 20 Y Dios favoreció a las parteras; y el pueblo se multiplicó y llegó a ser muy poderoso. 21 Y sucedió que por haber las parteras temido a Dios. Él prosperó sus familias. 22 Entonces el Faraón ordenó a todo su pueblo, diciendo: Todo hijo que nazca lo echaréis al Nilo, y a toda hija la dejaréis con vida».
La matanza de los inocentes (c. 500 a.C.) – Anónimo
La Masacre de los Inocentes (1611) – Rubens
El segundo infanticidio es la historia de la matanza de recién nacidos organizada por Herodes. La tradición dicta que una vez que a oídos del monarca llegó la noticia de que había nacido el rey de los judíos, decidió asesinar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y los demás pueblos circunvecinos para asegurarse que nadie usurparía su trono.
«13 Después de haberse marchado ellos, un ángel del Señor se le apareció* a José en sueños, diciendo: Levántate, toma al Niño y a su madre y huye a Egipto, y quédate allí hasta que yo te diga; porque Herodes va a buscar al Niño para matarle. 14 Y él, levantándose, tomó de noche al Niño y a su madre, y se trasladó a Egipto; 15 y estuvo allá hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor habló por medio del profeta, diciendo: De Egipto llame a mi Hijo».
La masacre de los inocentes (1628) – Nicolas Poussin
Matanza de los inocentes» (1611) de Guido Reni
Masacre de los Inocentes (1590) de Cornelis Cornelisz van Harleem
Este episodio es descrito únicamente por Mateo y ha tenido una poderosa influencia en el arte sacro, convirtiéndose en el tema favorito cuando se trata de plasmar infanticidios; sin embargo, es poco probable que haya ocurrido en la vida real, pues no hay otra fuente histórica que de cuenta de la cruel orden de Herodes, ni siquiera en los anales del historiador romano-judío Flavio Josefo, gracias a quien se saben más detalles de la vida de Herodes el Grande.
«Entonces Herodes, al verse burlado por los magos, se enfureció en gran manera, y mandó matar a todos los niños que había en Belén y en todos sus alrededores, de dos años para abajo, según el tiempo que había averiguado de los magos».
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