¿Cuántas tragedias más debemos sufrir, para enfrentar el desarrollo del país con responsabilidad y respeto, apuntando a la calidad total en la gestión? Es la tercera vez que un gran incendio afecta al Parque Nacional Torres del Paine. ¿Cuántas veces más, se tendrá que quemar nuestro patrimonio natural, para que, como Estado de Chile, le demos la importancia que amerita a nuestras Áreas Silvestres Protegidas del Estado (ASPE)?
A modo de ejemplo, hoy en las 100 Áreas Silvestres Protegidas del Estado terrestres existe la siguiente realidad:
• Sólo en 74 Áreas Silvestres Protegidas del Estado existe presencia de Guardaparques, es decir en 26 no hay personal protegiendo.
• De las 74 Áreas Silvestres Protegidas del Estado con presencia, en 14 de ellas hay un solo Guardaparque, lo que en términos reales significa que durante el descanso de estos funcionarios, las áreas quedan absolutamente solas, y además, la capacidad de protección de un solo Guardaparque, para una superficie generalmente de miles de hectáreas, sin duda nos parece insuficiente y muy preocupante.
• De lo anterior podemos concluir que de las 100 Áreas Silvestres Protegidas del Estado, el 40% no está realmente protegida.
• De las 74 Áreas Silvestres Protegidas del Estado sólo 22 áreas protegidas cuentan con más de 5 Guardaparques y 10 áreas con más de 10 Guardaparques.
• El total de Guardaparques a nivel país es de 432, para alrededor de 14.569.895 millones de hectáreas de Áreas Silvestres Protegidas del Estado, es decir 1 guardaparque por cada 33.726,60 há.
• De las 100 Áreas Silvestres Protegidas del Estado terrestres sólo 3 tienen derechos de agua.
• El Parque Nacional Torres del Paine tiene 30 funcionarios de planta, de los cuales 22 son Guardaparques y 8 son personal de mantención, para una superficie de 181.414 hectareas, más la superficie administrativa de 227.298 hectareas.
Lo anterior es sólo un ejemplo, y ante lo cual necesitamos urgente un mejoramiento integral y sistémico de todo lo relacionado con la protección y desarrollo de las Áreas Silvestres Protegidas del Estado, como ya lo hemos mencionado desde hace años, necesitamos: una legislación específica, moderna y de rango Constitucional adecuado; resguardar los derechos de agua y material genético; una institución especialmente dedicada a la preservación, conservación, y a la administración de las Áreas Silvestres Protegidas del Estado; desarrollar y mejorar la infraestructura y servicios entregados a los visitantes; normar por ley el uso público y sancionar drásticamente el comportamiento imprudente, irresponsable y dañino; una estructura institucional adecuada a la realidad de la gestión; crear una carrera funcionaria adecuada, dinámica y transparente; un escalafón especial para el personal que trabaja en Áreas Silvestres Protegidas del Estado; una sistema de pensiones especialmente diseñado para la realidad y complejidad humana del trabajo en Áreas Silvestres Protegidas del Estado; desarrollar y mejorar la infraestructura institucional operativa y habitacional; una legislación laboral especialmente diseñada para el trabajo en Áreas Silvestres Protegidas del Estado, flexible y pertinente; mejores remuneraciones para el personal; valoración de la experiencia empírica de los Guardaparques; entregar a la figura del Guardaparque las potestades públicas, el estatus, el rol y las funciones que les corresponden para proteger eficazmente, entre muchos otros aspectos no menores.
Por otra parte, en términos de desarrollo, vemos con preocupación un excesivo interés por aumentar la visitación y el desarrollo turístico al interior de las Áreas Silvestres Protegidas del Estado, prueba de ello es el protagonismo del ministerio de economía liderando la reapertura de Torres del Paine, con una visión enfocada fundamentalmente hacia el fomento productivo ligado a la visitación. Nos inquieta la baja preocupación sobre lo más importante de las Áreas Silvestres Protegidas del Estado, la materia prima para el desarrollo del turismo, “la protección de sus recursos naturales”, y a partir de ello permitir la recreación, no esta última por sobre la razon fundamental de las Áreas Silvestres Protegidas del Estado.
Da la impresión que si el ministerio de medio ambiente esta supeditado al de economía, el capital natural de chile corre serio peligro. Así también, el año 2010 visitaron las áreas protegidas 1.816.916 personas y el incremento de visitantes entre el año 2000 y el 2010 fue del 68,5%. No obstante lo anterior el desarrollo de infraestructura y servicios de calidad, además del aumento: de la capacidad humana, de recursos institucionales o medidas eficientes de protección y la solución de todas las necesidades que hemos planteado, desde el año 1994 como Cuerpo de Guardaparques, no han sido suficientemente abordadas en los últimos 20 años.
Por todo lo anterior y en representación de los Guardaparques de las Áreas Silvestres Protegidas del Estado de Chile, hacemos un llamado, a toda la ciudadanía y las autoridades nacionales, especialmente al poder Ejecutivo y el Parlamento, para hacer fuerza, para que de una vez por todas, se legisle a favor de la conservación, protección y desarrollo de nuestros parques, reservas y monumentos nacionales, que son el patrimonio fundamental que nos diferencia de un mundo cada vez más globalizado y que sin duda alguna a marcado nuestra identidad nacional, para lograr un mejoramiento real, integral, sistémico y con respaldo legal, de todas las necesidades que actualmente no son satisfechas, ante lo cual el Consejo Nacional de Guardaparques, ofrece toda su colaboración para transmitir su experiencia en el perfeccionamiento del actual cuerpo legal, que pretende crear el servicio nacional de áreas silvestres protegidas y biodiversidad.
Llegó el momento de legislar y de mejorar la gestión institucional del Estado, para Chile y los chilenos.
6 de enero 2012
Cuerpo de Guardaparques Areas Silvestres Protegidas del Estado de Chile
Tomado de www.terram.cl
Fotografía de UPI
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