Una investigación descubrió que 153 pedófilos fueron capturados al importar los modelos de muñecas sexuales realistas y con cara de niñas desde Japón. También se descubrió que los vendedores le dieron nombres a las muñecas, como Petite Nano, CandyGirl y Pettite Jewel.
Algunas de las figuras que buscan asemejarse lo más posible a un ser humano fueron diseñadas para parecerse a los adultos, pero muchas tienen solo 4 pies y, cuestionablemente, están vestidas con uniformes escolares.
Ser dueño de muñecas sexuales con apariencia de niños es legal bajo la ley del Reino Unido, pero los importadores pueden enfrentar algún tiempo en la cárcel. El fabricante de origen, Orient Industries, se jactó de los números récord de británicos que están gastando miles de dólares en los espeluznantes modelos.
El gerente Junpei Oguchi colocó a las muñecas en poses provocativas en su fábrica y afirmó que los clientes «disfrutaron de diseñarlas a gusto propio».
Este inescrupuloso gerente declaró en medios extranjeros: «Muchas personas los compran por compañía, simplemente mirando. Disfrutan vistiéndolos». Tratando de bajarle el perfil a una clara situación que incita a la pedofilia, pero la organización benéfica de protección infantil NSPCC dijo que estos enfermos solo tenían una cosa en mente cuando compraba estos «juguetes».
Almundena Lara, jefe de política de la organización, dijo: «Estas muñecas siniestras parecen niños y su propósito es simular el sexo. Sin embargo, en Inglaterra y Gales, no es delito fabricarlos, venderlos o poseerlos. Y aunque es legal importar un artículo obsceno o indecente, una escapatoria significa que los acusados pueden argumentar que su muñeca sexual no es obscena, que es simplemente extraña».