La Contraloría General de la República abrió un sumario en la Seremi de Salud del Maule, encabezada por la médico cirujano Valeria Ortiz, tras constatar que la autoridad faltó al deber de supervisar el funcionamiento de vertederos y rellenos sanitarios en la región.
La auditoría, plasmada en el Informe Final Nº 915/2017, verificó incumplimientos en la labor fiscalizadora de dicho organismo sobre el manejo de residuos sólidos domiciliarios y asimilables, en la etapa de disposición final de éstos, durante el período de 2015 y 2016.
La revisión constató que los rellenos sanitarios El Retamo de Talca, El Guanaco de Teno, Ecomaule de Río Claro y San Roque de San Clemente, «funcionan sin contar con autorización del diseño de ingeniería respectivo ni plan de operación y aprobación del sistema de monitoreo de biogas producido en dichos recintos».
En el caso de San Roque, la instalación sigue funcionando pese a haber expirado su plan de cierre en el mes de agosto de 2015, de acuerdo la resolución exenta Nº 5 de 2014 del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA). Tampoco cuenta con autorización de funcionamiento para la primera celda domiciliaria ejecutada.
La Contraloría inspeccionó el área y descubrió deficiencias en el cierre perimetral del recinto, lo que facilita el acceso de animales. Asimismo observó que las chimeneas no cumplen con las características indicadas en el plan de cierre progresivo, y que nada de ello fue advertido por la Seremi de Salud, que solo realizó dos visitas en 2016 y ninguna en 2015.
Con respecto a Ecomaule se advirtió que la Seremi no resolvió a tiempo un estudio del proyecto de ingeniería del relleno presentado por la empresa el 21 de abril de 2017, pese a que contaba con 30 días hábiles de plazo. Durante 2016, Ecomaule recibió una cantidad de 82.338 toneladas de residuos domiciliarios, cifra que supera las 49.359 toneladas proyectadas por la Comisión de Evaluación Ambiental de la Región del Maule que aprobó el proyecto.
En cuanto al manejo y tratamiento de líquidos lixiviados, el ente contralor descubrió que en el relleno El Guanaco de Teno las piscinas destinadas a la acumulación de residuos se encontraban «ocupadas a su máxima capacidad, sin resguardar el 30% de volumen de seguridad».
Por este motivo, el informe ordenó que la autoridad «fortalezca los procedimientos de control e inspección conforme a las atribuciones fiscalizadoras y sancionatorias que el ordenamiento jurídico le confiere».
El sumario también deberá aclarar por qué la Seremi del Maule no clausuró el vertedero Los Viñales de Constitución, el cual sigue operando irregularmente con residuos provenientes de esa comuna, Empedrado y empresas particulares. Esto pese a que, anteriormente, ya había prohibido su funcionamiento.
En opinión de la Contraloría, lo anterior denota una falta de control jerárquico permanente de la autoridad regional sobre el actuar de los funcionarios que debían realizar un seguimiento a la medida, misma que tampoco se tomó con respecto a dos basurales ilegales -uno de ellos cercano a la población Nuevo Amanecer de Linares-, para que la salud de la población fuese protegida.
En el mismo orden de ideas se comprobó que la Seremi no tomó acciones frente a una denuncia verificada sobre la existencia de dos basurales en la ribera del río Claro, uno por el lado poniente (Costanera Norte) frente a la población Don Genaro, y otro a un costado del Centro de Alto Rendimiento.
«Se aprecia que mediante el acta de fiscalización N° 26838, del 6 de septiembre de este año, dicha unidad (comunal de la Seremi) concurrió nuevamente al lugar, ratificando que dicho terreno se encuentra en las mismas condiciohes de insalubridad. No obstante, no se observa que dicha unidad de fiscalización impartiera las medidas pertinentes a fin de aplicar las sanciones sanitarias correspondientes», indica el informe.
Matías Rojas – [email protected]