La crisis en Irán alcanzó carácter internacional cuando el ayatolá Alí Jamenei y otras autoridades acusaron de sabotaje clandestino a los poderes extranjeros y particularmente a Estados Unidos, Gran Bretaña y Arabia Saudita de estar instigando las protestas que han llevado al derramamiento de sangre y la destrucción.
Lo que ocurra en las calles iraníes en los próximos días moldeará la respuesta del gobierno en Teherán, según la opinión de la oposición y las autoridades, informa The Independent. La administración está bajo una creciente presión por parte de los clérigos radicales y conservadores para tomar medidas duras contra las protestas. Hasta el momento, 22 personas han sido asesinadas, las bases policiales y militares han recibido ataques y se ha arrestado a 450.
El gobierno reformista de Hassan Rouhani ha argumentado que está evitando la confrontación violenta con la policía en las calles y la Guardia Revolucionaria manteniendo las barricadas, pero la intervención de Alí Jamenei, afirmando que la nación está bajo ataque, podría allanar el camino para acciones más punitivas.
«Los enemigos de Irán están empleando todos los medios de los que disponen, incluyendo el dinero, las armas y el apoyo político y de inteligencia para apoyar la coordinación de obstáculos al establecimiento islámico», dijo el Guía supremo. «El enemigo siempre está buscando una oportunidad y un servicio para infiltrarse y golpear a la nación iraní», agregó el ayatolá.
Efectivamente, Donald Trump ha publicado una serie de tweets llamando a los levantamientos en Irán. El ayatolá Alí Jamenei no mencionó a ninguno de los supuestos enemigos del Estado, pero Ali Shamkhani, el Secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, culpó a Estados Unidos, Gran Bretaña y Arabia Saudita por la violencia que está teniendo lugar en estos días. «Los saudíes recibirán la respuesta de Irán y saben lo grave que será», advirtió el también almirante iraní.
Las protestas se han descrito como las más grandes desde las protagonizadas por el Movimiento Verde en 2009, que nacieron en respuesta a la elección supuestamente fraudulenta de Mahmud Ahmadineyad.
Pero Mohammad Marandi, un académico con influencia en los círculos del gobierno iraní, insistió en que los números son mucho menores en la realidad. Como paralelo, ejemplificó con las protestas ocurridas en Inglaterra en 2011. «Tuvimos una situación en que el Primer Ministro Británico llamó a las redes sociales a hacerse responsables y no usar sus plataformas para promover la violencia y la criminalidad, lo que las compañías cumplieron», dijo a The Independent.
«Ahora vemos que hay personas en el Reino Unido, Europa y EEUU, en occidente, alentando ataques contra las estaciones de policía y diciéndoles cómo hacer cócteles Molotov. ¿Cuál sería la reacción en el Reino Unido y en otras partes de occidente si hubiera gente en Irán que ordenara a los alborotadores realizar ataques contra las estaciones de policía en Londres, París y Washington? Me pregunto si el gobierno británico ha pensado en el efecto que esto tendrá en el futuro acercamiento con Irán», declaró Marandi.
El experto hizo hincapié en que las protestas iniciales del jueves pasado fueron «totalmente legítimas» y acerca de agravios económicos, pero dijo que «muchas de las marchas fueron posteriormente apropiadas por motivos políticos extremistas. Hay formas legales de protestar: no olvidemos que Irán es una democracia, tuvimos elecciones presidenciales este año, con una participación de más del 73%, en la que el 57% votó por el actual presidente».
Las autoridades iraníes y Marandi acusan a la organización Moyahedin-e Jalq –con bases en Europa, incluido Londres– de instigar la violencia. La organización huyó de Irán y se estableció en el Iraq de Saddam Hussein y un informe del FBI, de 2004, los acusó de lavado de dinero. Tres años antes, la Comisión de Caridad para Inglaterra y Gales cerró la organización benéfica «Iran Aid», que estaba dirigida por este grupo. Moyahedin-e Jalq (u Organización de los Muyahidines del Pueblo de Irán) niega cualquier acción en este sentido.
Imagen redes: Estudiantes universitarios protestando en Irán. Agencia AP.