En medio del complicado escenario que vive el pueblo mapuche, luego de la violencia y las acusaciones desatadas desde el propio Gobierno tras el incendio de Carahue, la Alianza Territorial Mapuche (ATM) ha decidido apelar a organismos internacionales para denunciar lo que ellos llaman “el evidente genocidio” en contra de su nación.
“Hoy la arremetida del Gobierno de turno con la policía tiene instrucciones claras de hostigamiento hacia nuestras comunidades. Nuestra esperanza es acudir a las Naciones Unidas donde Chile tiene algunos compromisos que debe cumplir”, argumenta Mijael Carbone, werkén de Temucuicui. Carbone ha denunciado constantemente las persecuciones lideradas por el Estado chileno contra su pueblo, siendo protagonista recientemente de un episodio de enfrentamiento policial que lo llevó a escapar y refugiarse en las comunidades para proteger su vida.
La ya compleja situación de los mapuche ha empeorado luego del incendio de Carahue, donde murieron 7 brigadistas. Apenas a unas horas del incidente, las palabras de Sebastián Piñera y el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, apuntaban evidentemente a la posible responsabilidad de comuneros indígenas. Desde entonces, los allanamientos, la vigilancia y la violencia se han desatado a destajo al interior del Wallmapu.
“La cobarde agresión policial a Guillermina Painevilu y Jessica Guzmán Painevilu y los menores de edad, y el ingreso ilegal a propiedad mapuche de Rofue, Makewe Lof Mapu, 10 kilómetros al sur de Temuco, el día 10 de enero, es una más de las constantes agresiones que sufre nuestra Nación Mapuche, la que sólo fue considerada en los medios debido a la filmación de los hechos por parte de la propia comunidad”, declaró la Alianza Territorial Mapuche en un comunicado donde describen algunas de las situaciones de violencia.
Según la declaración de ATM, la militarización vivida hoy en la Araucanía no se diferencia de la que diariamente viven “otras naciones ocupadas por fuerzas extranjeras para el control de la población y sus recursos naturales”.
Para el joven werkén de Temucuicui, “la justicia chilena ya está agotada”. Carbone asegura que pese a estar en pleno conocimiento de las situaciones de abuso policial vividas al interior de las comunidades, el poder judicial los sigue criminalizando. Por ello la intención de acudir a instancias internacionales que, al menos, permitan denunciar lo que está pasando dado el evidente cerco mediático de la prensa tradicional chilena.
En tanto, el Colegio de Antropólogos de Chile declaró esta mañana que “la premura del Gobierno por calificar por anticipado a los mapuche de delito terrorista, sigue una lógica de persecución del enemigo interno insurgente, pretendiendo hacer uso de una legislación repudiable y contradictoria con los acuerdos de respeto a los derechos humanos en general y en particular de la condición de los mapuche como pueblo. Asimismo este Gobierno da continuidad a la protección del empresariado como un deber instalado en la sociedad chilena desde décadas, al identificar las demandas territoriales, por autonomía política y autodeterminación, levantadas por una diversidad de organizaciones del pueblo mapuche, como una creciente amenaza al crecimiento productivo empresarial y como un atentado a la unidad nacional de las y los chilenos”.
“AQUÍ HAY MÁS CARABINEROS QUE CIVILES”
Los dirigentes mapuches reconocen la dificultad de expresar al paìs y al resto del mundo los episodios de violencia vividos en Wallmapu y por ello registran una lista de sucesos cubiertos por los medios de comunicación durante el último tiempo. Ahí, se observa que bajo la conducción de Iván Bezmalinovic, jefe de policía de la zona, se ha perpetuado el asesinato de Jaime Mendoza Collío y posterior montaje, el ataque al lonko Juan Curinao, los golpes al hijo del Lonko Curinao en Ercilla, el ataque a una escuela en Temucuicui, las amenazas de lanzar desde un helicóptero a un menor en Rufuwe, niños heridos escoltados por colonos en Ercilla, la detención de Felipe Marillán, la persecución y homicidio frustrado de Mijael Carbone, el allanamiento a la comunidad Wente Wikul Mapu -donde una mujer mapuche fue herida en sus senos- y mujeres golpeadas en Rufuwe, Metrenco Temuco. Estos hechos son sólo los que han sido conocidos y difundidos por los medios de comunicación.
La Alianza Territorial Mapuche ha expuesto su petición de renuncia al ministro Hinzpeter -algo que también realizó la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) durante esta semana-, quien, según Carbone, “no duda al culparnos sin certeza de la muerte lamentable de los 7 brigadistas en Carahue”. También piden la renuncia del intendente de la región, Andrés Molina y del jefe policial Bezmalinovic.
Ante los dichos de ministro de Desarrollo Social, Joaquín Lavín, y del vocero de Gobierno, quienes durante esta semana aseguraron que el Gobierno mantiene buenas relaciones con el pueblo mapuche y que no tienen razones para algo “tan absurdo como militarizar la Araucanía”, Carbone manifiesta que “aquí hay más carabineros que civiles. Hay helicópteros y avionetas vigilándonos diariamente. Esto hay que verlo en el terreno mismo, Hinzpeter o yo podemos decir mucha cosas, pero hay que venir acá para constatar. Los medios deben denunciar lo que nos está pasando, la Araucanía ya está militarizada”.
La ATM cierra su comunicado haciendo un llamado a su pueblo “a sacrificarse por sus hijos y nietos y por toda la vida en la ñuke mapu, pues no hay hora ni lugar especial para mantener estos derechos, todo momento y toda acción que fortalezca nuestro newen es válida, hermosa y legítima. Ahora, no mañana”.
Durante el cierre de esta nota, el werkén Carbone denunció que “en estos momentos, uno de los vocero de de la Alianza Territorial Mapuche en la zona de Curacautín, Pascual Curamil, sufre un violento allanamiento por parte de personas de civil mientra él se encontraba en su casa acompañado de sus dos hijos (6 y 11 años), cuando irrumpe una camioneta con 4 personas armadas y de manera imediata intentan agredirlo. El vocero logró defenderse con una herramienta de trabajo”.
Noticia en desarrollo
Por Vanessa Vargas Rojas
Fotografías: Felipe Durán
El Ciudadano