La visita del Papa y el alcance que tendrá su influencia está estrechamente ligada al rol de la Iglesia católica en Chile, inherentemente unida al desarrollo del relato que ofrece y al giro conservador que emprendió bajo la gestión de Juan Pablo II. A la poca capacidad que ha tenido a la hora establecer cambios sustanciales en sus estructuras y hacerse cargo de los escándalos de abusos sexuales en los que se encuentran envueltos sus representantes.
¿Mal momento?
Para Felipe Portales, sociólogo, historiador y columnista, «lo lamentable es que esta visita se dé en el marco de todo lo que sabemos respecto al nombramiento y mantenimiento del obispo de Osorno, Juan Barros». Se refiere al escándalo que generó el nombramiento, por parte de Francisco, a un sacerdote involucrado en escándalos de abusos sexuales y estrechamente ligado a Fernando Karadima, para presentar una situación generalizada en la Iglesia.
La incapacidad que ha presentado la Iglesia católica en el mundo y en particular en Chile, a la hora de enfrentar y juzgar a los responsables de abusos sexuales responden, para Portales, al poco compromiso de este Papa y la iglesia en su conjunto de evitar la intervención frente a estos temas y esperar que se diluyan entre declaraciones poco certeras por parte de sus autoridades. «El Vaticano se ha negado a colaborar con el Comité de los Derechos del niño, que le ha pedido registros de pedófilos y a todo eso se ha negado la Iglesia. Pero también otros nombramientos o actitudes que no han demostrado un compromiso muy serio de la iglesia con este tema».
La distancia con las temáticas sociales
Muy distinto a lo ocurrido durante la visita de Juan Pablo II en 1987 , las características de la iglesia es haberse alejado cada vez más de los problemas sociales. Ha tendido a recluirse en las trincheras del conservadurismo político chileno y ha perdido su influencia en comunidades económicamente más transversales. Portales afirma que existe «una tendencia mundial de la Iglesia, pero sobretodo en Chile, de estructurarse en organizaciones mas bien de tipo elitista, espiritualista, más bien de derecha, en desmedro de lo que fue la tendencia latinoamericana y chilena de constituir comunidades organizacionales de base, grupos abiertos a la consideración de la inserción de la iglesia en el cambio social y político»
Para él, el rol que juegan los medios apuntará también en esa dirección: » Los medios tan concentrados en Chile, se van a encargar de disminuir la relevancia de las aristas de tipo social del discurso del Papa. La televisión, los grandes periódicos van a hacer un trabajo en ese sentido».
¿El «mensaje» tocará la política chilena?
Expectación ha causado la importancia que pudiera tener (o no) la intervención papal en la política nacional. Desde la participación en el conflicto marítimo con Bolivia, hasta la suspendida votación de la Ley de Equidad de Género, llegan los temas que podría tocar el Papa. De acuerdo a Portales la relevancia que podría tener Francisco en la política es nula. La deslegitimación de la Iglesia frente a la ciudadanía, permite a los políticos ignorar las posibles demandas impuestas por el Vaticano. Además declara que «esas palabras sonarían un poco falsas. la Iglesia chilena se ha «derechizado» particularmente. Ha abandonado críticamente los aspectos sociales, sobretodo teniendo en cuenta su lucha en dictadura; eso ha ido en retirada de manera notable. Yo creo que por mas positivas que sean, las palabras pueden sonar a falso. No creo que tenga mayor alcance lo que pueda hacer
El sociólogo e historiador sostiene que por más que Francisco muestre, mediáticamente, alguna intención de cambios, enfrenta la severa realidad de la curia vaticana. Una institución ligada al encubrimiento de casos, no solo de abusos sexuales, sino que de corrupción, delitos fiscales y lavado de dinero. Agrega que un solo hombre no puede cambiar eso y hacerse cargo de esa historia. «Las reformas en la Iglesia católica deben darse a nivel estructural»
Cabe preguntarse entonces ¿Cuál es la importancia de la visita del Papa hoy? ¿Cuál es la relevancia de su mensaje? ¿Será capaz la Iglesia católica de hacerse cargo de su historia?
Estas son interrogantes que parecen naturales. El gasto que significa recibir al líder sería injustificado mientras su visita no juegue un rol preponderante en el desarrollo del país de aquí en más y no termine siendo la reunión del fanatismo y la nostalgia por una iglesia arraigada en las entrañas del pueblo chileno.