En respuesta a la pregunta de una periodista que le acompaña en el avión que lo lleva a Chile y Perú, el Papa Francisco expresó su temor a una guerra nuclear que podría precipitarse de forma inesperada, y renovó su compromiso con el desarme nuclear.
Instantes después de despegar rumbo a Chile y Perú, en su 22 viaje apostólico, el Santo Padre distribuyó entre los 70 periodistas que le acompañan la fotografía de un niño que sobrevivió a la explosión de la bomba atómica en Nagasaki, Japón, en el año 1945, pero que sobre su espalda lleva el cuerpo de su hermanito muerto.
La fotografía aparece acompañada de la frase “…el fruto de la guerra” y la firma del Pontífice. En el texto explicativo de la imagen se señala que se trata de “un niño que espera su turno en el crematorio para su hermano muerto en su espalda. Es la foto que tomó un fotógrafo americano, Joseph Roger O’Donnell, después del bombardeo atómico en Nagasaki. La tristeza del niño sólo se expresa en sus labios mordidos y rezumados de sangre”.
El Santo Padre explicó que, tras descubrir esa fotografía, se sintió profundamente afectado, y por eso quiso compartirla. De hecho, el pasado 30 de diciembre la sala de prensa del Vaticano distribuyó esta misma fotografía por deseo del Pontífice.
Francisco pretendía que, de esta manera, se pudiera generar conciencia sobre la guerra y sus lamentables consecuencias.
Según explicó Vatican News, el fotógrafo señaló que cuando se encontró con aquel niño de 10 años “noté que cargaba a otro niño sobre sus espaldas. En esos días era una escena muy común en Japón. Con frecuencia nos encontrábamos con niños que jugaban con sus hermanitos o hermanitas en la espalda. Pero ese niño tenía algo muy distinto”.
En múltiples ocasiones el Papa Francisco ha denunciado que en el mundo actualmente existe una “Tercera Guerra Mundial a pedazos”, y ha alentado todos los esfuerzos para alcanzar la paz.