Hace tan solo unos días, Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores ruso, denunciaba en rueda de presa que la presencia de EE.UU en Siria respondía al «derrocamiento de Bashar al Assad» en aras de un cambio de gobierno que beneficie a Washington y no a mantener la integridad del territorio ni a contribuir a que se alcance una solución.
Ahora son las declaraciones realizadas por el secretario de estado estadounidense Rex Tillerson, las que ponen de manifiesto que EE.UU no cesará en su empeño de conseguir el derrocamiento del presidente sirio.
Tillerson ha afirmado que el país norteamericano mantendrá su presencia militar en Siria y ha adelantado que promete poner freno a las relaciones económicas del gobierno del país hasta que Assad sea derrocado.
«No podemos cometer los mismos errores que se hicieron en 2011, cuando una partida prematura de Irak permitió al Estado Islámico y otras organizaciones causar el caos y encontrar un cobijo seguro en el país», defendió Tillerson durante su discurso en Stanford (California).
El secretario de Estado, quien también ha incrementado la presencia diplomática en Siria y ha pedido ampliar la cooperación con Rusia para bajar la conflictividad en algunas de las zonas más inestables del territorio, argumentó que la salida de Al-Assad es inevitable: «El cambio vendrá», remató.
En este sentido, cabe remarcar que la postura de la administración Trump difiere con la adoptada por el país ruso, desde el que no se descarta que Al Assad se mantenga en la presidencia como pieza clave de la resolución pacífica del conflicto en el país.
Freno a la economía del país para acelerar el cambio de Gobierno
Aunque el titular de la administración Trump aseguró que se propiciarán «iniciativas de estabilización en áreas liberadas», no se tiene muy claro cuál será el perfil de las ayudas, ya que Tillerson fue claro en afirmar que «EE.UU desalentará que otros países mantengan relaciones económicas» con las autoridades sirias hasta que Al Assad sea derrocado.
«Una vez que Assad haya salido del poder, EE.UU. alentará gustosamente la normalización de las relaciones económicas entre Siria y otras naciones», puntualizó el secretario de Estado.
«Una Siria estable, unida e independiente servirá a los intereses de la seguridad nacional de EEUU, sus aliados y sus socios», concluyó Tillerson tras asegurar con convencimiento que «una Siria democrática libre de Bashar Asad» no mantendría relaciones con Irán.