Analista Ernesto Águila perfila el camino para reconstruir la centroizquierda: «Esto no debe ser una operación de marketing»

"Tiendo a pensar que el PPD será absorbido por el PS y el FA, no veo mucha motivación entre los socialistas para avanzar a una federación con el PPD en el actual momento", sostiene el académico e investigador. Por José Robredo Hormazábal / @elciudadano

Analista Ernesto Águila perfila el camino para reconstruir la centroizquierda: «Esto no debe ser una operación de marketing»

Autor: Jose Robredo

Entre la estupefacción y la reflexión, así se encuentran en estos días los militantes de los partidos de la Nueva Mayoría, o lo que queda de ella, tras la contundente derrota del 17 de diciembre pasado, que no sólo los saca del poder sino que también los obliga a levantarse con la tarea de reorientar sus objetivos y propuestas.

El pasado fin de semana el PPD desarrolló su Consejo Nacional, donde mantuvo hasta junio su directiva y definió iniciar un proceso de reflexión ideológica. El PS hace dos semanas realizó su Comité Central donde calendarizó su conferencia nacional de organización y programa para mediados de año y el congreso para fin de año. En tanto la DC, que oficializó su bancada con el PR, realiza este fin de semana su Consejo Nacional.

Con estos procesos, los partidos de la centroizquierda nacional buscan analizar y entender las causas de la derrota y cómo poder retomar la conexión con la ciudadanía, en momentos que se ven superados por la emergencia del Frente Amplio.

Ernesto Águila, académico, investigador e integrante de la tendencia «Izquierda Socialista» dentro del PS, sostiene en conversación con El Ciudadano que «el fenómeno de la NM y su fracaso final se sostiene en que la amplitud que mostraba no terminaba actuando virtuosamente sino que acabó neutralizando a esa alianza».

«Hay tareas de oposición que van a ser muy claras, que tampoco sería bueno que por estar en proceso de reflexión la derecha se quedara sin oposición», explica Águila respecto de la forma de actuar durante este período. Y recalca: «son tiempos en los que no puedes salir a proponer algo luego de un proceso de reflexión que tenga credibilidad frente a la sociedad».

Ernesto Águila

¿Cómo se reconstruye esta socialdemocracia o centro izquierda que al parecer se le agotó el combustible y las ganas? 

En primer lugar, quisiera relativizar el concepto de socialdemocracia por lo que se ha aplicado en Chile. En primer lugar, el concepto socialdemocracia no es un concepto unívoco y que busca irrumpir el mercado con derechos sociales, por lo que yo creo que ha sido menos de socialdemocracia lo que hemos vivido en el país. Acá se le ha querido dar un rostro más humano al neoliberalismo.

¿Entonces cómo lo hacen?

Es complejo porque hay un punto que impide que este espacio se pueda reconstituir y tiene que ver con que la conformación del nuevo escenario político, pone en evidencia que uno de los clivajes más importantes, que cruza a la sociedad y los partidos, es la relación con el modelo neoliberal. Si el eje de la política es contra el modelo o favor, las fuerzas que constituyeron la Nueva Mayoría están cruzadas al medio por esta contradicción, por lo que este espacio no podrá reconstruirse sin fracturarse, que es lo que le pasa a la DC o el PPD y, en parte, el PS.

¿La postura frente al modelo neoliberal será el eje de este período? 

Creo que esa definición va a establecer el espacio, que antes cubrían fuerzas de la Concertación y de la Nueva Mayoría. Pero estimo que dicho espacio está demasiado conflictuado para poder rearticularse sin dejar en evidencia las discrepancias internas. El fenómeno de la NM y su fracaso final se sostiene en que la amplitud que mostraba no terminaba actuando virtusamente sino que acbó neutralizando a esa alianza. Cosa que repercutió en el funcionamiento del gobierno.

¿A eso habrá que agregar un debate político-ideológico para no terminar como el PPD? 

El PPD fue un producto muy claro de la transición, porque fue un partido que se vio favorecido con el sistema binominal al lograr que el PS compartiera la mitad de los distritos y circunscripciones. Culturalmente representó un momento, porque al inicio de los 90 la sociedad chilena, traumatizada por la dictadura, prefirió apoyar opciones que no representaban un peso histórico ni un ejercicio de memoria tan grande y este partido encarnó ese espíritu. Además de administrar lo nuevo como hoy lo hace el Frente Amplio. Esas características de ser un partido «atrapa todo», que está unido por ser exitoso y termina derrotado por lo que alguna vez fue su fortaleza: La no ideología, la falta de densidad histórica. Debe encontrar un leimotiv para seguir viviendo.

¿Una fusión con el PS puede ser su tabla de salvación? 

Eso es un viejo tema, pero creo que en estos momentos no tiene muchas posibilidades y yo me alegro de eso. Tiendo a pensar que el PPD será absorbido por el PS y el FA, no veo mucha motivación entre los socialistas para avanzar a una federación con el PPD en el actual momento. Sería como un proceso de confluencia que no tiene un proyecto muy definido y, a la larga, sería sumar dos fuerzas problemas que no se resolverían. Porque los problemas tienen que ver con reconectarse con la sociedad, recuperar una ética en su práctica política, volver a ser creíble, volver a tener una identidad y un proyecto político.

¿El proyecto de centroizquierda chileno se encuentra en un período de «estupefacción»? 

Creo que la expresión «centroizquierda» es algo equívoca, porque da cuenta de la existencia de un espacio entre la izquierda y el centro, como que alguien quisiera ocupar ese lugar. Me parece que la expresión es qué harán las izquierdas, donde hay dos elementos: uno es el de la izquierda emergente, que debe estar muy satisfecha con los resultados obtenidos, aunque tenga ciertas debilidades donde un tercio de sus votantes son gente que está protestando pero que pueden tomar opciones ideológicas contrapuestas. En el caso de la izquierda histórica tiene llevar a cabo un proceso de reconstrucción de identidad y de proyecto, junto con eso, llevar adelante un acercamiento con la sociedad, que es un desafío muy grande.

¿Y eso se tiene que dar en el corto o mediano plazo?

No veo que sea en el corto plazo. Hay tareas de oposición que van a ser muy claras, que tampoco sería bueno que por estar en proceso de reflexión la derecha se quedara sin oposición, por lo que hay una capacidad de combinar una oposición. Una especie de caminar separado pero golpear en conjunto. Será un momento de introspección y supongo que a partir de eso se trazarán las próximas alianzas.

¿Esto se da porque no hay una «carta bajo la manga» como fue Bachelet en su momento? 

Todos tienen la percepción que aquí no habrá una varita mágica o un conejo del sombrero que permita soslayar el proceso que no se llevó a cabo el 2009 producto que se produjo una expectativa de pronto retorno al gobierno. No se ve un liderazgo en el espectro del centro a la izquierda y que hay que darse el trabajo de armar un camino más o menos largo, pero de construcción de un proyecto que encontrará un liderazgo en el cuál encarnarse.

Son tiempos para guardarse un rato y reflexionar

Si, son tiempos en los que no puedes salir a proponer algo luego de un proceso de reflexión que tenga credibilidad frente a la sociedad, que sí has comenzado una nueva etapa. Esto no debe ser una operación de marketing, por habrá gente que dirá «es cosa de mejorar la marca».

Que fue lo que pasó con la Nueva Mayoría

Claro, hay un aprendizaje. Porque resultó superficial, porque la Nueva Mayoría era una superación programática y de alianza a la Concertación pero no tenía resuelto el tema de la hegemonía en su interior y no lo tenia tan resuelto que terminó neutralizada. Incluso el mismo ministro del Interior terminó siendo el jefe de la oposición.

 


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