La semana pasada la plataforma Chile Mejor sin TLC llevó a cabo el foro «Las mujeres analizan los TLC firmados por el gobierno», donde un panel de expertos y las diputadas electas del Frente Amplio, Claudia Mix y Gael Yeomans, expusieron sus miradas respecto de la apertura desregulada del intercambio comercial de Chile y las consecuencias de ello.
Desde los años ’90 se desarrolló una oleada de acuerdos comerciales en condiciones desiguales. Los países de la región venían saliendo de dictaduras con economías cerradas y sin capacidad de crecimiento y desarrollo; vieron en los tratados comerciales el camino hacia el desarrollo. El problema es que junto con los acuerdos económicos se entregaron recursos naturales y la soberanía alimentaria.
Luciana Ghiotto, académica argentina de la Universidad de Buenos Aires e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, es experta en relaciones económicas internacionales. En conversación con El Ciudadano sostiene que «lo que planteamos desde las plataformas contra los TLC es tener una ciudadanía informada y organizada, con tal de tener una respuesta». En ese sentido, añade que «tenemos que empezar a movilizarnos por demandas que vayan más allá de nuestras fronteras».
Respecto a la derrota que han sufrido intentos progresistas como ALBA -en respuesta a los grandes acuerdos comerciales-, Ghiotto explica que «la voluntad estaba en algunos pocos gobiernos y, por ejemplo, Brasil -que siempre tuvo un peso específico en la región con el llamado ‘sudimperialismo brasileño’-, nunca tuvo interés de tener el ALBA».
Tomando el contexto latinoamericano, ¿cuál es el escenario para volver a los TLC?
Lo que hay que tener en cuenta es que América Latina tiene 20 años de experiencia en Tratados de Libre Comercio, no es que la tendencia sea de ahora sino que ha habido un avance en los últimos años. México fue el primero con el Nafta y Chile tiene el triste récord de ser el país con más TLC en el mundo. Lo que se ve ahora, a partir de los resultados poco victoriosos de proyectos como el ALBA, es la firma de los tratados comerciales como el de Mercosur-UE, y por otro lado aparece China, cambiando el escenario político en términos de con quién firmar los tratados.
Los TLC afectan todos los ámbitos de la sociedad. ¿Cómo evalúas este proceso?
Desde los años ’90 estamos diciendo No a los TLC, ya que entendíamos que los tratados eran perjudiciales y creemos que con estos se crea un núcleo de privilegios a las corporaciones trasnacionales y van restringiendo la capacidad de los Estados para regularlas en materias medioambientales o laborales. Es importante recalcar la experiencia que tenemos y los números hablan de los efectos que han provocados los TLC en todos los países que han firmado. Un caso clásico es el de México, en un tema fundamental como la soberanía alimentaria, donde se abre el mercado del maíz, que es la base de la alimentación de los sectores populares, y luego de 10 años este país se ha convertido en uno de los mayores importadores de maíz transgénico.
¿Por qué las alternativas progresistas como el ALBA no dieron resultado?
Uf, eso es difícil porque hay muchos elementos en cuestión. Yo te diría que la voluntad estaba en algunos pocos gobiernos y, por ejemplo, Brasil -que siempre tuvo un peso específico en la región con el llamado «sudimperialismo brasileño»-, nunca tuvo interés de tener el ALBA. Solo fueron algunos países interesados, pero eran economías más pequeñas. Lo que sí se hizo fue apostar a una lógica más política, pero no de una nueva arquitectura financiera. Por eso el ALBA fue frenado, junto con la entrada de China en la región que, finalmente, reemplazó al FMI.
¿Cómo entra la ciudadanía en estos procesos?
Primero, lo que planteamos desde las plataformas contra los TLC es tener una ciudadanía informada y organizada, con tal de tener una respuesta. Tenemos que empezar a movilizarnos por demandas que vayan más allá de nuestras fronteras; en definitiva, cuando hablamos de TLC hablamos de quita de derechos y no hay forma que la sociedad los defienda. Los únicos beneficiados son los grandes exportadores, muy pocos son sectores menores, y todo el resto de la sociedad es afectada por la falta de acceso a los medicamentos, falta de acceso a alimentos, educación, salud. Es muy difícil tener Estados que te brinden servicios públicos.
Entonces la tarea pasa por dar a conocer los verdaderos efectos de los TLC
Hay que informar de los impactos de estos 22 años de Tratados de Libre Comercio en América Latina, los efectos de país por país, y buscar las estrategias para enfrentarse a esto.