Los desafíos globales para el 2012

2012 será un lapso de retroceso en la economía mundial

Los desafíos globales para el 2012

Autor: Director

2012 será un lapso de retroceso en la economía mundial.  En el año que se inicia seguirá presente la crisis de la eurozona, que ya tiene en recesión a la mayor zona integrada global.  En el período más inmediato la preocupación principal estará concentrada en los impactos que provoca en Italia, miembro del G-7, pero con muchos otros países expuestos a los efectos contagio.  Las políticas de austeridad fiscal, preconizadas ante todo por Alemania, seguirán pesando negativamente, cuando muchos países precisan, al contrario, de estímulos fiscales.  Las cotizaciones de los commodities experimentan un cuadro descendente que afecta negativamente a países como Chile y al mismo tiempo contribuye a que las tasas de inflación a nivel global se mantengan bajas. La desaceleración global está repercutiendo en la economía nacional limitándose hasta fines de  2011 el gobierno Piñera a crear un comité para hacer un seguimiento de la crisis, cuando lo que se requiere es adoptar medidas concretas para enfrentarla.  En este contexto seguirá modificándose el cuadro económico general.  Ya Brasil en 2011 pasó a ocupar el sexto lugar en el ranking global desplazando al Reino Unido.  Hacia 2020, los cuatro miembros del Bric [Brasil, Rusia, India y China] figurarán en los seis primeros lugares desplazando a países europeos.

2012, recalcó Economist Intelligence Unit (EIU), “promete no ser menos desafiante e impredecible” que el año recién finalizado.  “La mayoría de las economías –puntualizó- estarán más débiles, la presión sobre las autoridades de la eurozona será mayor, y el desafío de estabilizar a los países transformados por la Primavera Árabe y traducir el progreso político en ganancias económicas serán temas claves” (23/12/11). Agregando a ello las interrogantes que acompañan a la elección presidencial norteamericana y las consecuencias negativas para la adopción de medidas en ese país fruto de conflictos políticos internos que no permiten hacer frente a las dificultades que presenta su economía y la mundial.

Se inicia un año extraordinariamente complejo, la crisis financiera iniciada a mediados de 2007 continúa haciendo sentir sus violentos coletazos, que tiene al finalizar 2011 su epicentro en la eurozona y se generan peligros  reales de un derrumbe en la actividad económica global a lo menos tan agudo como en 2008-2009.  Las estructuras políticas y económicas internacionales inician 2012 habiéndose mostrado absolutamente incapaces de enfrentar los desafíos que se tiene.

2011 terminó con la crisis en la eurozona agravándose y en un cuadro generalizado en la región de recesión, que las medidas de austeridad concordadas a propuesta de Berlín tienden a profundizar.  “La crisis de la eurozona –advierte EIU- seguirá resonando, cuando menos en 2012.  Y en el peor escenario, podría intensificarse dramáticamente.  La posibilidad de una ruptura completa de la eurozona –agregó -, aunque menos probable no puede descartarse”.  Al iniciarse el nuevo año la mayor interrogante reside en el curso que siga le economía italiana, miembro del G-7 y la tercera mayor economía de la eurozona.  “En este momento –reflexionó al finalizar el año 2011 el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard-, los ojos están en Italia, pero no nos engañemos: en este ambiente de endeudamiento público y nerviosismo, muchos gobiernos se encuentran expuestos” (23/12/11).

Angela Merkel, en su discurso con motivo del inicio de 2012, ratificó el agravamiento de la crisis en la eurozona.  “2012 –dijo- será, sin duda, un año peor que 2011”.  La crisis, añadió, no ha terminado y “el camino para superarla será largo y no estará exento de reveses” (01/01/12).  Nicolás Sarkozy, en su alocución, definió el 2012 como “el año de todos los riesgos” y que únicamente “reformas estructurales”, que no menciona, es “la única forma de conservar nuestra soberanía, de controlar nuestro destino”.

En 2010, la economía mundial fue sacudida por el inicio de la crisis griega, cuyo colapso persiste, mientras el Eurogrupo y el FMI siguen intentando evitar su cesación de pagos.  “(…) el problema esencial es –ha dicho Sebastián Edwards, académico de la Universidad de California- que el presidente Sarkozy y la canciller Merkel no dijeron la verdad cuando empezó la crisis:  Grecia no es sostenible, no es viable tiene que reestructurar la deuda” (25/12/11).  Es una carga que seguirá pesando en 2012, a lo menos mientras no se asuma su cesación de pagos o la protesta ciudadana se haga escuchar.  En 2011 se vivieron los rescates de Portugal e Irlanda.  Roma es un problema varias veces mayor y no existe capacidad financiera actualmente en el Eurogrupo o en el FMI para financiar una acción similar.

El agudizamiento de la situación en la eurozona es uno de los principales factores explicativos de la desaceleración de la economía global.  “Una brusca contracción en las economías de la eurozona –explicitó EIU-  desanimará el crecimiento mundial y dañará la confianza de los inversionistas, empresas y consumidores”.  La disminución en los índices de actividad será generalizada.  Desde luego, impactará más rápidamente en aquellas zonas del mundo de vínculos más intensos con la eurozona, empezando por las restantes naciones de la UE, Europa Oriental y África del Norte.  Sus efectos ya se sienten, por lo demás, incluso en América Latina.  A pesar de la gravedad de la situación, recién en marzo volverá a reunirse la cumbre europea, que sigue reaccionando lentamente frente a una crisis en pleno desarrollo.

El impacto en la economía mundial será mayor porque a la vez el crecimiento de EE.UU. sigue siendo muy débil.  En enero-septiembre, su evolución promedio trimestral anualizada fue de solo 1,2%.  En la mayor economía mundial sigue pesando negativamente la magnitud de su colapso inmobiliario.  Muchas propiedades tienen un precio de mercado inferior a su deuda, lo cual sigue constituyendo una carga negativa para su nivel de actividad económica.  A ello se suma su virtual paralización política, por la negativa de los republicanos de efectuar una expansión fiscal de corto plazo para estimular la demanda, al tiempo que no se concuerda en una vía para disminuir la deuda en el largo plazo. Al contrario actúa el incremento de la productividad general, que aumentó en el tercer trimestre un 2,3% con relación a iguales meses del año anterior, mientras la manufacturera lo hacía en 2,9%.  En otras palabras, crece el rendimiento o la explotación de la fuerza de trabajo.  “Los trabajadores fuertemente presionados –comentó The Economist- están dando señas de molestia: las encuestas laborales registran niveles récord de insatisfacción” (30/12/11).

La política de austeridad fiscal, defendida ardorosamente por Alemania y los sectores más recalcitrantes a nivel de diferentes países, es la mayor responsable del decrecimiento económico.  La teoría de que ella generaría un cuadro de confianza fue desmentida nuevamente por la realidad.  Históricamente  se ha producido crecimiento con recortes de déficits fiscales únicamente en situaciones internas muy excepcionales o un nivel de crecimiento global, situación que no se produce en el contexto actual, en que la caída de  la actividad  es generalizada.  Lo que se requiere en el corto plazo son políticas fiscales muy diferentes.  “(…) nuestros países –constató EIU-  están forzados por los mercados y por las políticas locales a recortar gasto en un momento que sus economías necesitarían más estímulos”.  Un ejemplo muy claro lo entrega Grecia, los sucesivos ajustes fiscales que se le ha exigido prolongó la recesión y hace crecer la tasa de desempleo que al finalizar 2011 superó la barrera de un 20% de la población activa.

La caída de las cotizaciones de los commodities, que proseguirá durante 2012, presenta dos caras.  De un lado, conduce a que se sume a la contracción de las demandas internas como un factor que mantiene la inflación a nivel mundial baja.  Del otro afecta a los países exportadores de recursos primarios, entre los cuales figura Chile, al impactar negativamente en los saldos comerciales, en los resultados en cuenta corriente y en forma indirecta en sus niveles de actividad económica.  EIU estima que su índice de productos alimenticios y bebestibles se reducirá durante el año en 12,5%, revirtiendo un incremento en ejercicios anteriores que alcanzó incrementos incluso de dos dígitos.  Por ello considera que la inflación mundial descenderá de un promedio de 4% a 3,2%, ligeramente superior a la que el Banco Central espera para Chile.

Para nuestro país, es particularmente determinante lo que acontezca en la economía china. Un punto débil de la potencia asiática es la baja participación del consumo como porcentaje del producto aproximadamente de 35%, ello lo hace particularmente dependiente de un comercio mundial que en 2012 se desacelerará como de las políticas para mantener alta la inversión, que para enfrentar la contracción mundial en 2008 se elevó casi a la mitad del PIB, relación que no es sostenible indefinidamente.  La directora del FMI, Christine Lagarde, considera que China  experimentará en 2012, como otros países “emergentes”, “factores de inestabilidad” (26/12/11).

En la segunda mitad de 2011 se exacerbó la volatilidad de los mercados financieros, registrando sus fluctuaciones más violentas desde la quiebra de Lehman Brothers.  Ello produjo un impacto negativo en los fondos de pensiones, afectando a un  porcentaje apreciable de los imponentes chilenos obligados a mantener recursos en el sistema de AFP.  El predominio del riesgo condujo a que desde comienzos de noviembre los bonos del Tesoro de EE.UU.  se colocasen en varias ocasiones en niveles negativos, al existir una elevada demanda por estos títulos frente a una oferta restringida.  “Si la crisis en la eurozona toma un giro dramático para peor –subrayó EIU-,  las ventas en los mercados de bonos europeos, los mercados de acciones mundiales, los commodities y las divisas se verán afectados”.  Experimentarían aún mayores caídas.

En 2012, el aporte al crecimiento al producto mundial descansará en un alto porcentaje en las economías “emergentes”.  En una estimación que considera una expansión en el año de 3,2%, China e India aportarían 1,9 puntos porcentuales.  El de India sería similar al de EE.UU, 0,5 puntos porcentuales, mientras la eurozona en recesión restaría décimas al incremento global.  A su turno Brasil, de acuerdo a proyecciones del británico Centro de Investigaciones Económicas y Empresariales (CIEE), pasó a ser al finalizar el 2011 la sexta economía más grande del mundo, detrás de EE.UU., China, Japón, Alemania y Francia, desplazando al Reino Unido, con un producto de US$2,5 billones.  Rusia e India también cerraron el año en el listado de las diez mayores.  En 1995-2005, parar tener una visión de las modificaciones producidas en las contribuciones al PIB mundial, con un crecimiento promedio en ese lapso de 3,6%, EE.UU aportó 0,7 puntos porcentuales, la eurozona 0,5 y Japón 0,1.  Por su parte, China contribuyó con 0,6 puntos porcentuales e India con 0,2.

Desde luego, la evolución de la economía mundial repercute en Chile.  Recién, al finalizar 2011 el gobierno constituyó un comité ministerial para efectuar un seguimiento de la crisis económica externa.  “Para nadie es sorpresa –declaró Felipe Larraín, luego de la reunión constitutiva- que se ha deteriorado la situación europea y nuestro país no es inmune ni está blindado.  Es imposible –añadió- para un país globalizado que no le afecte”.  Reconociendo por primera vez que lograr un crecimiento de 5% en 2012, como se proyectó en la Ley de Presupuestos, es prácticamente imposible (30/12/11).  Sin embargo, el “maletín de medidas de emergencias” anunciado reiteradamente por el gobierno para enfrentar un agravamiento de la situación externa sigue sin darse a conocer.

Las modificaciones en el mapa global se proyectan más fuertes a futuro.  El CIEE considera que hacia 2020 los BRIC (Brasil. Rusia, India y China)  estarán entre las seis economías más grandes del mundo, conjuntamente con EE.UU. y Japón, produciéndose un desplazamiento hacia abajo en el listado de las grandes economías europeas (Alemania, Reino Unido, Francia e Italia)  que ocuparían los cuatro lugares siguientes.  “Creo –señaló Douglas Mc Williams, consejero delegado del CIEE- que se puede enmarcar dentro del gran cambio en la economía, donde no solo estamos observando un cambio desde Occidente hacia Oriente, sino también que los países productores de materias primas (…) ganan presencia gradualmente en la liga económica” (27/12/11).  Las proyecciones del FMI para el año 2016 ratifican esta tendencia.  En ese año según el fondo, los cuatro BRIC asumirían un producto de US$20,5 billones, superior a los US$18,2 billones que a esa fecha generaría EE.UU.

Liga Económica Mundial 2010-2020

(Fuente: Centro de Investigación Económica y Empresarial.  Lugar del ranking)

Lugar    2010          2011       2020
1              EE.UU.    EE.UU.    EE.UU.
2              China    China    China
3              Japón    Japón    Japón
4              Alemania    Alemania    Rusia
5              Francia    Francia    India
6              Reino Unido    Brasil    Brasil
7              Brasil    Reino Unido    Alemania
8              Italia    Italia    Reino Unido
9               India    Rusia     Francia
10            Rusia     India    Italia

Por Hugo Fazio

El Ciudadano


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