Dirigenta de profes de Filosofía sobre el Consejo de Educación: «Es una especie de Tribunal Constitucional»

El Consejo Nacional de Educación (CNED) informó a través del Acuerdo nº 25/2018, relativo a las Bases Curriculares para III y IV Medio, que no hubo consenso entre los consejeros como para considerar a las asignaturas de Filosofía, Ciencias y Orientación como necesarias para el plan de formación general de dichos cursos. De este modo quedaron enfrentados al Ministerio de Educación (Mineduc), que espera un nuevo pronunciamiento de parte del CNED. 

A través de un comunicado, la Red de Profesores de Filosofía de Chile (Reprofich) reprochó duramente al consejo técnico y señaló que el informe «atenta contra la equidad en la Educación”. Por este motivo, interpelaron al CNED a realizar una «argumentación mínima» que permita comprender «las razones técnico educativas y filosófico pedagógicas que expliquen la marginación de nuestra asignatura del currículum escolar». De lo contrario -añadieron- «sólo nos queda pensar que este Consejo funda sus decisiones en razones técnico ideológicas».

La Reprofich recuerda que este conflicto ya se había suscitado en 2016, pero entonces se pudo detener luego de que el Mineduc adoptara como suyo «el principio fundamental de la propuesta curricular que ahora el CNED objeta: la equidad». Es allí donde sostienen la reivindicación central: «Recuperar las horas de Filosofía en la modalidad Técnico-Profesional perdidas en la reforma anterior». Algo que ahora señalan como eventual desacuerdo del Consejo Nacional de Educación.

«Cautelar la calidad de la educación para este organismo implicaría considerar que los estudiantes del Técnico Profesional no tienen derecho a la Filosofía», rematan.

Rosario Olivares

Rosario Olivares, ex candidata a diputada por el distrito 10 de la organización SOL del Frente Amplio, encabeza la Reprofich y conversó con El Ciudadano para entregar su valoración política de la situación y los pasos que piensan seguir.

El TC de la educación

Olivares aporta con una valoración política al señalar que el CNED opera como «una especie de Tribunal Constitucional de la educación». Una instancia que -dice- «no solo fue confirmada por la Ley General de Educación (promulgada en 2008), sino que le entregaron más atribuciones que al anterior». Si bien reconoce que las responsabilidades políticas son transversales, se detiene en el rol de la ex Concertación y de la actual coalición de gobierno: «En este punto tiene mucha responsabilidad la Nueva Mayoría, quienes además en el 2016 estaban trabajando una propuesta inicial que iba sin Filosofía».

Sin embargo, consigna que con la información disponible no puede sindicarse a uno u otro bando político, pues en el CNED conviven consejeros designados bajo el anterior gobierno de Piñera y en la actual gestión de Bachelet.

El Consejo Nacional de Educación es un organismo autónomo del gobierno de turno y de compleja y cuoteada conformación. La Presidencia escoge a un representante propio y, luego de sendas ternas provistas por el sistema de Alta Dirección Pública, escoge a un representante del Colegio de Profesores, y otro de los docentes particulares. Otros tres miembros son nombrados por la presidencia y ratificados por el Senado, y los tres últimos se nombran en el seno del Consejo de Rectores, de las universidades privadas acreditadas y de la formación superior técnico-profesional.

Olivares destaca que la CNED es una instancia que no está sometida al control democrático de la sociedad. «Para la Reprofich es clara la labor antidemocrática de un espacio como este, que creemos no considera la pluralidad de visiones de la educación en Chile, y entre los llamados expertos es muy posible que ninguno de ellos haya pisado el aula de un liceo por lo menos hace veinte años, o quizá nunca», sostiene.

Fortalecer la organización

La Reprofich es una respuesta a la precarización de la disciplina de la Filosofía en el ámbito pedagógico. Rosario Olivares se detiene a hablar en específico de ella. «Es la única organización de profesores y profesoras de asignatura, y este año cumple 17 años», destaca.

Asocia su origen a «la precariedad» en la que desarrollan su trabajo los docentes y al rol de la Concertación en ese proceso, desde el fin de la Dictadura. «Ya en el retorno a la democracia, lo primero que intentó hacer la Concertación en su reforma educativa, a través de Cristián Cox, fue eliminar el ramo de filosofía de la educación chilena. Por lo tanto, el estado casi natural de nosotros los docentes de Filosofía es esperar una nueva reforma para confirmar si nos intentan sacar del Plan Común una vez más», reflexiona.

Sin embargo, la dirigenta aclara que la maduración de las y los profesores va más allá de las reivindicaciones laborales; en cambio -señala- «incluyen el horizonte de nuestra práctica docente cotidiana, convirtiéndonos en intelectuales de nuestro quehacer con opinión clara frente a los problemas curriculares».

El ejemplo que pone sobre la mesa lo describe de la siguiente forma. «Fuimos la única asignatura que logró participar en un mesa de trabajo (no vinculante) con el Mineduc en la elaboración de estas bases», releva, lo que permite -añade- «que este año publiquemos un programa de estudios alternativos para la enseñanza de la filosofía». «Ambos pasos creemos que son históricos para el movimiento de profesores», postula.

De todos modos no se trata de un movimiento gremial que solo se preocupa de mejorar las condiciones de legitimidad de la Filosofía para asegurar sus puestos de trabajo, ni tampoco de desarrollar gremialmente la mejor interlocución con el Estado. En cambio, ha sido una opción para mejor la organización del magisterio en general. «En este trayecto hemos estado también con el movimiento docente general el 2014-15 y 2017, y creemos que luego del cambio de la última directiva nacional, fundamental para todo lo que viene; el mismo colegio ha asumido el tema pedagógico como una de sus más importantes demandas en la que hemos trabajado juntos codo a codo durante el último tiempo», concluye Olivares.