Han pasado más de 70 años desde que terminó la Segunda Guerra Mundial y aún se están descubriendo sus explosivos sin detonar. La última bomba de la Segunda Guerra Mundial fue encontrada en Sidney, Australia, por un par de buzos aficionados, informó el medio Newcastle Herald.
El instructor de buceo Tony Strazzari y su amigo Paul Szerenga se han aficionado a buscar vasos y botellas viejas buceando en el puerto. Cuando se sumergieron en el mar el 21 de febrero, se encontraron con algo fuera de lo común: una antigua bomba de 15 pulgadas.
A Strazzari le preocupaba que el ancla de un barco pudiera activar el dispositivo, así es que después de recuperarlo del suelo fangoso lo arrastró hasta la superficie. Los dos buceadores contactaron a la policía de Nueva Gales del Sur y custodiaron la bomba mientras esperaban que apareciera algún funcionario. Según una portavoz del departamento de policía, la bomba no podía detonar debido al óxido, pero como medida de precaución quedó en poder de personal militar, informa Mental Floss.
El Estado de Nueva Gales del Sur fue un objetivo de los submarinos japoneses durante la Segunda Guerra Mundial. Si bien este artefacto recién descubierto fue no presentó mayores problemas, ese no es siempre el caso. A principios de este mes, una bomba sin estallar encontrada en el río Támesis llevó a la clausura de todo un aeropuerto para extraerla y desactivarla.
El Ciudadano