Esta semana la presidenta Michelle Bachelet firmó los decretos que crean las Áreas Marinas Protegidas del Archipiélago de Juan Fernández; Islas Diego Ramírez – Paso Drake; Rapa Nui; Seno Almirantazgo y Tortel. También selló el documento que permite la creación del Parque Nacional Pumalín, permitiendo que la Red de Parques de la Patagonia alcance más de 4.5 millones de hectáreas.
Lejos del ambiente de autocomplacencia imperante en el Patio de Los Naranjos, comunidades kawesqar y agrupaciones ambientales manifestaron su disconformidad e incertidumbre con la iniciativa. El reclamo se debe a que la zona marítima adyacente al nuevo Parque Nacional Kawesqar quedaría sin protección y susceptible de ser intervenida por la industria salmonera.
A partir de esta controversia, El Ciudadano conversó con Estefanía González, coordinadora de Océanos de Greenpeace, una de las organizaciones que ha cuestionado el real alcance del proyecto que enorgullece al gobierno saliente.
¿En qué quedó la decisión del Consejo de Ministros para la Sustentabilidad sobre la protección del mar adyacente al Parque Nacional Kawesqar?
Todavía no queda en nada. Ni siquiera sabemos si el Consejo de Ministros va a sesionar como lo prometió para poder tocar este tema. Lo que nosotros tenemos hoy es una decisión que rechazamos desde un inicio, que fue la creación del Parque Nacional Kawesqar sin la inclusión de las aguas, el segundo más grande de Chile y el único que no incluye el mar en su protección, precisamente en una zona de fiordos y canales, lo que nos parece completamente inexplicable. Todavía no vemos ningún argumento de base que lo pueda sustentar.
Luego, en el marco de la Consulta Indígena, las 12 comunidades partícipes solicitaron la creación de un Área Marina Protegida en las aguas adyacentes de este parque nacional, estableciendo de manera muy clara cuáles podían ser sus usos para asegurar la protección del medio ambiente, las especies que ahí están (ballenas, delfines, diferentes tipos de nutrias) y también el uso que ellos le dan para pesca y recolección, que tiene que ver con un uso sustentable que estas comunidades le han dado por más de 6 mil años y con los derechos que tiene la pesca artesanal sobre esta zona.
La Presidenta se comprometió el 31 de enero de este año a crear esa Área Marina Protegida. Luego, el ministro Mena (de Medio Ambiente) va a Punta Arenas y ratifica esto el 5 de febrero, comprometiéndose a ejecutar, y lo que vemos es que este martes se firmaron todas las declaraciones de Áreas Marinas Protegidas y no se dijo absolutamente nada sobre el Parque Kawesqar.
Los documentos a los que nosotros hemos tenido acceso estos días, hablan de una propuesta que la verdad es una burla a las necesidades de protección, porque no pone como objeto de conservación el agua, no resguarda los derechos de las comunidades, no considera los resultados de la Consulta Indígena –que fue la condición de las comunidades para estar de acuerdo con el Parque Nacional– y vemos que acá, la Presidenta y el ministro del Medio Ambiente le mintieron a la gente de Magallanes, a las comunidades y al país completo al dejar una zona súper rica en biodiversidad completamente desprotegida, a merced de la industria de la salmonicultura, que ya tiene un desastre ambiental gigantesco en las regiones de Los Lagos y Aysén.
¿Qué especies conforman el ecosistema marino desprovisto de protección?
Estamos hablando de especies de delfines, uno de ellos endémico, como es el delfín chileno, que solo se encuentra en esta zona del mundo. También el delfín austral y la tonina overa. Estamos hablando de diferentes tipos de ballena, que tienen sus zonas de alimentación y de tránsito precisamente en estos canales y fiordos.
Tenemos además especies de nutrias, como el huillín y el chungungo, ambos en categoría de conservación preocupante, por lo cual es muy importante resguardar su hábitat.
Al mismo tiempo, tenemos recursos pesqueros bastante valiosos, como la centolla, el ostión y diferentes tipos de peces, que son el sustento de las comunidades canoeras kawesqar y también de las comunidades de pescadores artesanales.
Todo este patrimonio ambiental, que está en aguas que son limpias y de las más puras del planeta, es lo que hoy está en riesgo.
¿Existe un vínculo entre la desprotección del mar adyacente al Parque Nacional y los intereses de la industria salmonera?
Existe un vínculo directo. La razón por la cual no se incluye el agua es para proteger los intereses de la industria salmonera. Esta industria no ha sido capaz de hacerse cargo de los diversos impactos ambientales en dos regiones donde se ha expandido y ya tiene más de 120 concesiones de salmonicultura aprobadas y van por otras 200 más.
Acá no estamos hablando de una industria con buen comportamiento ambiental. Estamos hablando de una industria que genera eventos de mortandad todos los años, que ni siquiera tiene centros reductores de esa mortalidad en la región de Magallanes, que tiene que trasladarla hasta Los Lagos y Aysén, esparciendo las mareas rojas. Estamos hablando de una industria que tira toneladas de químicos, antibióticos y pesticidas al agua y hablamos de una industria que está directamente relacionada con estas mareas rojas que son cada vez más recurrentes en las costas.
Creemos que es incomprensible el favor que se le ha dado a una industria tan nociva, que no ha dado ningún tipo de respuesta, versus lo que está reclamando la ciudadanía y lo que vende el Gobierno a nivel internacional. Hoy la Presidenta Bachelet se puso una chapita de ser la protectora de los océanos, recorrerá el mundo contando los esfuerzos que se hicieron en Chile, cuando en el segundo parque nacional más grande no se está protegiendo el océano y no se está dando respuesta a las amenazas que hay en las zonas costeras.
¿Qué papel cumplen las comunidades indígenas, en este caso kawesqar, en la relación sustentable con el entorno natural?
Las comunidades kawesqar han sido enfáticas tratar de buscar soluciones, es por eso que en la Consulta Indígena ellos hacen una propuesta. No estamos hablando de personas que se opongan a todo. Ellos generaron una propuesta de un Área Marina Costera Protegidas de Múltiple Uso (AMCP – MU), en la cual definen cuáles pueden ser esos usos sustentables, de manera de poder asegurar que esos recursos van a poder estar para el futuro.
Vemos que hay un fuerte esfuerzo por poder preservar esta zona, que también es de interés cultural. La gran amenaza, que no lo dice Greenpeace, sino que está súper estudiado, es el avance y expansión de la industria de la salmonicultura.
Si finalmente el Gobierno decide no proteger el área marina adyacente al Parque Nacional Kawesqar, ¿pone en riesgo las prácticas cotidianas de las comunidades, además de sitios con valor arqueológico?
Las mismas comunidades lo decían y también organizaciones como Ecoceanos: estamos ante un posible genocidio cultural. Recordemos que ésta ha sido una comunidad fuertemente devastada por el Estado de Chile y hoy teníamos una oportunidad de hacer una reivindicación histórica en la cual se resguardaran sus derechos ancestrales.
Estamos hablando de una comunidad canoera de más de 5 mil años de historia y lo que se ha hecho es mentirles en su cara, hacer un compromiso que terminó siendo letra muerta, porque no se cumplió, porque hasta último minuto intentaron resguardar los intereses de la salmonicultura y donde finalmente se está dejando a merced de una industria sumamente destructiva el patrimonio ambiental, cultural y arqueológico que tiene nuestra Patagonia.