El presidente de EE.UU., Donald Trump, implementó el pasado 1 de marzo un arancel del 25 % sobre las importaciones de acero y un arancel del 10 % a las del aluminio, y ha firmado una medida al respecto este jueves 8 del mismo mes.
Durante una sesión en la Casa Blanca con ejecutivos del sector, el mandatario estadounidense aseguró que «vamos a reconstruir nuestra industria del acero. Vamos a reconstruir nuestra industria del aluminio».
Y agregó: «No culpo a otros países por aprovecharse de los malos tratos comerciales de EE.UU.»
Las medidas argumentadas por Trump podrían costarle a la industria automotriz de EE.UU. casi un tercio de su fuerza de trabajo, es decir, se perderían cerca de 45.000 empleos, de acuerdo con un estudio del Consejo de Relaciones Exteriores de EE.UU.
El análisis refiere que un arancel total del 25 % aumentaría el precio de los vehículos fabricados en EE.UU. en un promedio de 1,3 %.
Esto, a su vez, llevaría a una caída del 4 % en las ventas de automóviles estadounidenses en todo el mundo y una reducción de 45.000 personas en dicha fuerza laboral, asegura Rt en español.
La respuesta a las medidas de Trump no han tardado en hacerse conocer. Tal como informamos en El Ciudadno, varios países como Canadá, China, México y de la Unión Europea, se han pronunciado en contra de la denominada «guerra arancelaria» que pretende implementar el mandatario norteamericano, asegurando que tomarán «medidas necesarias» ante el posible aumento en las tarifas del acero y el aluminio.