Un equipo de investigación, que observaba el ADN no codificante de los mamíferos, ha encontrado más pistas sobre la extraordinaria capacidad de los elefantes para evadir el cáncer,determinando que los genes responsables de mitigar el daño en las células de los elefantes, también se pueden encontrar en los humanos.
La mayoría de los mamíferos del mundo son propensos al cáncer, pero extrañamente los elefantes son resistentes. No son completamente inmunes, pero en comparación con los humanos, rara vez lo desarrollan, lo que es especialmente impresionante cuando se tiene en cuenta que tienen 100 veces más células que los humanos.
El cáncer se produce cuando una célula muta azarosamente durante la división, por eso es extremadamente curioso que solo 1 de cada 20 elefantes desarrolle cáncer, en comparación con 1 de cada 5 humanos.
Fue hace pocos años que un equipo de investigadores redujo este rasgo increíble a una sobreabundancia de un gen llamado p53, que suprime los tumores. Los elefantes africanos tienen 40 copias de p53 mientras los humanos solo tenemos uno.
Pero ahora un equipo de investigadores de la Universidad de Utah, EEUU, ha encontrado más pistas sobre cómo se produce y al parecer la causa no es solamente el p53.
Estudiaron lo que se conocía desde la década de 1960 como ADN no codificante, que no codifica las proteínas. Sin embargo esto no lo hace inútil: estudios recientes han encontrado que realiza otras funciones, como ser capaz de controlar cuándo y dónde se expresan los genes.
«La gente solía llamar a las regiones no codificadas ‘ADN basura’, pero lo veo como una jungla que no se ha explorado», dijo el neurobiólogo Christopher Gregg, de la Universidad de Utah. «Estamos explorando las regiones no codificantes para tratar de descubrir nuevas partes del genoma que puedan controlar diferentes enfermedades», explicó.
El equipo buscó las partes del genoma del elefante que son comunes a todos los vertebrados, pero que evolucionó más rápido en los elefantes específicamente. Escanearon estas regiones en busca de elementos que ayuden a resistir la mutación y, por lo tanto, el cáncer. Su estudio fue publicado en Cell Reports.
Después de exponer el ADN a la radiación gamma y observar cómo respondía al daño, los autores identificaron tres genes en el ADN de los elefantes: FANCL, VRK2 y BCL11A . Estos genes particulares están involucrados en la reparación del ADN que protege contra las mutaciones.
Debido a que los vertebrados tienen mucho ADN en común (porque evolucionaron de un ancestro común), muchos otros mamíferos también tienen estos genes. Las versiones humanas no nos protegen del cáncer de la misma forma que lo hacen con los elefantes, pero el solo hecho de saber qué genes son, nos puede ayudar a conocer su evolución con más detalle en estos animales y a determinar si podemos lograr un cambio similar en nuestros propios genes.
Se necesitarán investigaciones adicionales para determinar si estas regiones aceleradas en otros mamíferos podrían aplicarse terapéuticamente en humanos.
«Estamos mirando un territorio inexplorado», dijo Gregg. «Este método nos brinda una nueva forma de estudiar el genoma y descubrir nuevos enfoques para identificar, diagnosticar y tratar enfermedades».
El Ciudadano, vía Science Alert