Más de 300 internos recluidos en las cárceles del país han muerto en el período 2013-2017 a raíz de suicidios y peleas, según indica un catastro de Gendarmería publicado este domingo por el diario El Mercurio.
Los datos, obtenidos por medio de la Ley de Transparencia, señalan que en los últimos cinco años, 685 personas -524 de ellos condenadas- fallecieron al interior de un penal. El principal motivo es a causa de una enfermedad (46%), mientras que 257 muertes (el 38%) fueron producto de una riña, y 79 se debieron a suicidios. De este último segmento, llamó la atención que más de la mitad aún no había sido condenado.
“El uso de fuerza siempre tiene que ser racional. El funcionario debe ver si puede intervenir, lo que es difícil porque los internos pelean con arma blanca, por lo que se pide apoyo. En ese tiempo, el interno generalmente fallece”, explicó el presidente de la Asociación Nacional de Suboficiales y Gendarmes, Joe González.
Respecto a las zonas geográficas, el informe detalla que la mayoría de los decesos se concentraron en la Región Metropolitana (275), la de Valparaíso (97), del Biobío (43) y la de O’Higgins (38).