La crotalidicina, molécula formada por varios aminoácidos y contenida en el veneno de una serpiente de cascabel de América del Sur, mata las bacterias sin afectar las células sanas, según hallazgos de investigadores de Australia, Portugal, Brasil y Francia, liderados por el profesor de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, David Andreu.
Publicado en el Journal of Biological Chemistry, esta alternativa podría plantar cara a los antibióticos convencionales a los que muchas bacterias se han hecho resistentes.
Según Andreu, el fragmento del péptido crotalidicina «se dirige a la superficie de la bacteria mediante atracciones electrostáticas, provocadas por diferencias en las propiedades de las membranas, atrayendo su carácter positivo con el negativo de la bacteria, matándola al insertarse en la membrana, sin afectar las células del cuerpo que tienen membranas neutras».
La investigación se llevó a cabo sobre cepas de bacterias que suelen ser difíciles de atacar porque tienen una membrana extra y a menudo están camufladas por una cápsula protectora. Los resultados confirman que los péptidos, adecuadamente rediseñados, son antibióticos eficaces, según Andreu.