Los japoneses tienen la creencia de que las almas predestinadas a estar juntas se encuentran unidas por un hilo rojo atado al dedo meñique. Es invisible y permanece atado a estas dos personas a pesar del tiempo, del lugar, de las circunstancias.
Algo similar es lo que parece haber ocurrido entre Nguhi Muturi, una joven originaria de Dallas, Texas, y Panther, el gatito que adoptó cuando tenía solo 9 años. La joven contó a The Press Association que lo adoptaron cuando era solo un cachorro, pero que tras abandonar ella la casa para irse a la universidad, el animal se escapó y desapareció.
Cinco años tuvieron que pasar para que un día apareciera en casa de los Muturi un gato parecido a Panther. Tras sospechar que podía tratarse del mismo animal, los madre de Nguhi lo inspeccionaron, ya que su gato no tenía garras delanteras, y descubrieron que, en efecto, se trataba de Panther.
Según lo narrado por la protagonista de la historia, tras perderse, su gato fue llevado a un refugio a 24 km de allí. Una mujer lo adoptó y al tiempo se lo dio a sus padres, que resultaron ser los vecinos de los padres de Nguhi.
“No me lo puedo creer porque aún estoy en shock,” escribió en Twitter. Los vecinos insistieron en que Panther volviera con ellos, pero no era posible, ya que ahora tenían otro gato y además un perro. “Fue doloroso, pero no puedo estar triste porque lo de hoy ha sido realmente surreal”, señaló Nguhi según recoge el portal BoredPanda.