Tras la caída del presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski se ha hecho un recuento de su legado ambiental que está cargado a una serie de derrames petroleros que nunca fueron atendidos. Tampoco hubo avances en materia de legislación, salvo en lo relacionado con la aprobación de la Ley Marco Contra el Cambio Climático.
Luego de afrontar una serie de denuncias por corrupción, el presidente renunció al cargo tras poco menos de dos años en el mando del país, tiempo en que el balance que hacen desde Servindi, queda manchado, tanto por los derrames petroleros que ocurrieron en su gobierno -y del cual no acusó recibo- como por los que heredó de la administración de Ollanta Humala y que no entregó una solución.
El conflicto más álgido que PPK enfrentó fue entre 2016 y 2017 con las comunidades indígenas de Saramiriza y Saramurillo, quienes realizaron un paro exigiendo atención inmediata tras los derrames petroleros ocurridos en el Oleoducto Norperuano, administrado -fallidamente- por la petrolera estatal Petroperú.
A mediados de febrero -un mes antes de renunciar- continuaron los derrames petroleros en Nuevo Nazareth y Nuevo Jerusalén, pero ya imbuido en la crisis política, PPK simplemente no prestó atención al tema.
En cuanto a legislación, se destaca como un logro la aprobación de la Ley Marco Contra el Cambio Climático, impulsada por la ministra del Ambiente, Elsa Galarza. Sin embargo, era un compromiso del Estado peruano por haber suscrito el Acuerdo de París en 2015. En todo caso, los efectos de esta ley se verán en los próximos gobiernos; por ahora, se puede decir que ésta quedó a la mitad.
También, pero como negativo, se mencionan una serie de normas que se aprobaron que promueve el uso de hidrovías y que tendrá un efecto negativo en la Amazonía.