Los niños con trastornos mentales y neurológicos tienen muchos desafíos en sus vidas. Lo último que necesitan es quedarse quietos por demasiado tiempo con la cabeza metida en una máquina sofocante: la técnica actual que se utiliza para tomar imágenes de la actividad cerebral. El método es incómodo, pero también es bastante limitado para algunos fines, porque no revela nada sobre el comportamiento cerebral cuando el resto del cuerpo está en plena actividad y en la vida cotidiana.
Científicos de Estados Unidos y el Reino Unido decidieron buscar una forma menos estresantes para obtener imágenes cerebrales, con la ventaja de ser más adecuadas para los pacientes que luchan por mantenerse quietos, como los niños pequeños.
Así crearon un casco versátil que les permite moverse con relativa libertad mientras su cerebro está siendo escaneado. El casco está impreso en 3D, se puede personalizar para la forma y tamaño de cada cabeza y pesa menos de un kilogramo.
Los investigadores pudieron mantener la eficacia de las funciones del escáner al reemplazar los sensores convencionales por unos más pequeños, que utilizan una técnica diferente para capturar el campo magnético del cerebro.
Según lo informado por New Scientist, el equipo probó el casco con cuatro voluntarios. Se les pidió que realizaran actividades como mover los dedos, jugar con una pelota o tomar una taza de té. Estos experimentos demostraron que el escaneo portátil funcionaba de manera tan precisa y exacta como un escáner convencional.
«Esto tiene el potencial de revolucionar el campo de la imagen cerebral y transformar las preguntas científicas y clínicas que se pueden abordar con imagen cerebral», dijo Gareth Barnes, experto en neuroimágenes del University College London, a The Guardian.
Pero hay un par de dificultades: el escáner solo funciona dentro de una sala especialmente diseñada para suprimir la influencia del campo magnético natural de la Tierra (el que interferiría con el procedimiento). Además no se posa solamente en la parte superior de la cabeza, sino que también cubre parte de la cara.
Aún así el dispositivo podría ayudar a los investigadores a estudiar el desarrollo infantil o la actividad cerebral de niños con epilepsia. Una mejor comprensión de esta enfermedad podría permitir a los médicos detectar los problemas con mayor anticipación y tratarlos con mejores recursos terapéuticos.
Las proyecciones de un casco como este también incluyen aplicaciones en personas con otras afecciones neurológicas. Futuras investigaciones ayudarán a mejorar su diseño y dirán hasta dónde puede llegar esta tecnología.
El Ciudadano