Activista chileno enfrenta a buque ucraniano en defensa de ballenas y pingüinos

El barco, Arctic Sunrise de Greenpeace, que ha estado recorriendo la Antártica con figuras como Javier Bardem y David Harbour, hoy incluye a un activista chileno para enfrentar los buques que capturan el alimento de los animales que habitan esta zona.

Activista chileno enfrenta a buque ucraniano en defensa de ballenas y pingüinos

Autor: Felipe Menares

Activistas de Greenpeace se enfrentaron al buque ucraniano, More Sodruzhestva, en protesta a la pesca intensiva de krill en la Antártica. Escalaron la nave para desplegar el mensaje: “Protege la Antártica” y encadenaron al ancla una cápsula de supervivencia donde permanecerán dentro en resistencia pacífica para evitar que pesquen en una zona propuesta como santuario marino. 

La organización ambientalista explica que la pesca intensiva del krill en la Antártica le arrebata el alimento a las especies de la zona, como ballenas y pingüinos. Mientras los activistas estén dentro de la cápsula encadenada, el buque ucraniano no podrá pescar.

Andrés Soto, activista de Greenpeace Chile señaló: “Estamos hace meses haciendo una expedición para lograr una santuario marino que proteja la Antártica. Hoy nos encontramos con barcos que capturan krill y como activistas  vamos a resistir en esta cápsula sobre las aguas de la Antártica para frenar  la explotación de una de las áreas más puras del planeta. Los barcos que pescan krill no deben ir a capturarlo en zonas donde la fauna busca este alimento para sobrevivir,  tampoco deben pescar en aguas propuestas como santuarios marinos”.

La protesta se efectuó durante la expedición del barco Greenpeace Arctic Sunrise donde se encontraron frente al buque de arrastre y realizaron la protesta durante un transbordo de carga al frigorífico cerca del extremo norte de la Península Antártica.  Es en esta área donde se pesca  la mayor parte de la captura anual total del krill y donde se alimentan ballenas, pingüinos y gran vida silvestre.

El krill es un crustáceo de no más de 5 centímetros que parece ser diminuto, no más grande que un dedo meñique, pero que sin embargo asegura la supervivencia de las especies en la Antártida.  La expansión de la pesca del krill está siendo impulsada por la demanda de su aceite principalmente a las industria farmacéutica, también se vende para el uso de la acuicultura y como alimento de mascotas.

A través de esta acción, Greenpeace hace un llamado a la industria pesquera de krill para que asuma su responsabilidad de salvaguardar las aguas y la vida silvestre de la Antártida y deje de pescar en zonas propuestas como santuarios marinos..

Asimismo, Greenpeace está pidiendo colaboración internacional entre los gobiernos de los países que integran la Comisión del Océano Antártico (CCRVMA)  para la creación de un santuario en este océano de más de 1,8 millones de km2, que se convertirá en el área protegida más grande del mundo.

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