No pudo ser mejor su estreno en el fútbol estadounidense. Con dos goles -uno de ellos de antología- y dando vuelta el marcador para ganar su primer partido. Así es Zlatan Ibrahimovic, está tocado por una estrella que le permite ser astro en todas las canchas donde juega.
El delantero confesó que el aliento incondicional de los aficionados de Los Ángeles Galaxy lo motivó para hacer un juego perfecto. Un juego propio de un personaje que siempre está inmerso en historias únicas e irrepetibles.
«Oí que la gente gritaba: ‘¡Queremos a Zlatan! ¡Queremos a Zlatan!’ Así que les di un poco de Zlatan», dijo con un tono egocéntrico ante las cámaras televisivas.
Y agregó que «siento que jugué 40 partidos en estos 20 minutos. Fue por culpa de todo, el jet lag, no haber jugado desde hace tiempo». Genio y figura. No pudieron invertir mejor dinero en la MLS.