Greenpeace lanzó una campaña mundial para presionar a la petrolera de capitales ingleses y holandeses para que no inicie perforaciones submarinas en el Ártico, lo que pondría en peligro a especies como los osos polares y focas. El prontuario de Shell en el delta del Níger, donde se calcula que ha derramado 10 millones de barriles de petróleo desde 1960, y Argentina advierten de la inconciencia ambiental y social de la empresa de la concha roja.
Se cree que aproximadamente el 25% del petróleo y gas que queda en el mundo, permanece debajo del Ártico. Royal Dutch Shell, trasnacional de capitales ingleses y holandeses y que es una de las cuatro compañías petroleras más grandes del planeta, tiene en sus planes iniciar perforaciones en los fondos marinos árticos.
Para evitar tal intervención, activistas de Greenpeace impiden el zarpe del barco de perforación Noble Discoverer en Nueva Zelanda, contratado por Shell para iniciar las perforaciones en las costas árticas, específicamente en el mar de Chukchi.
Los activistas de la organización ecologista impidieron en zarpe del buque bloqueando su salida del puerto de Taranaki. El barco debía emprender un viaje de 6.000 millas náuticas, pero como los activistas lo abordaron y escalaron su torre de perforación equipados con suplementos y comida para permanecer varios días, el Noble Discoverer no pudo zarpar.
Entre los activistas está Lucy Lawless, más conocida como ‘Xena, La Princesa Guerrera’.
Nathan Argent, activista de Greenpeace en Nueva Zelanda, dijo que “hemos realizado esta acción para impedir a Shell que pueda perforar el Ártico, donde un derrame de petróleo como resultado de estas maniobras pondría en grave peligro el frágil ecosistema y resultaría imposible de limpiar. Shell debe mantener el barco en puerto”.
Los activistas quieren evitar una catástrofe en Alaska como la ocurrida con la plataforma Deepwater Horizon en el Golfo de México el año 2010.
EL PRONTUARIO DE SHELL EN ARGENTINA Y NIGERIA
El año pasado la revista Fortune clasificó a Shell como segunda empresa con mayor caudal monetario del mundo, luego de Walmart. Junto a ExxonMobil, y BP, la compañía de la concha roja con fondo amarillo, desempeñaron una agresiva presión a los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña para quedarse con el petróleo iraquí tras la invasión de dicho país.
Shell es la primera compañía petrolera importante que realiza exploraciones en el Ártico y en caso de encontrarse petróleo en los próximos meses, se desataría una suerte de fiebre del oro por el petróleo ártico.
Greenpeace manifestó que “nos preocupa muy especialmente que el Plan de Respuesta frente a Derrames que Shell presentara sólo tenga estudios teóricos que los respalden, y ninguna prueba empírica concreta. Por el contrario las condiciones extremas del clima y lo remoto de la localización suponen desafíos sin precedentes que hacen de la contención de un derrame una tarea imposible de contención y limpieza. Incluso expertos han señalado que no existen alternativas viables reales hoy para trabajar en dichas zonas si ocurriera un accidente”.
El prontuario ambiental de Shell es vasto. En enero de 1999 uno de sus buques, Estrella Pampeana, chocó con el navío Sea Paraná en el Río de la Plata, Argentina, derramando más de 5.400.000 litros de petróleo. En dos días el petróleo llegó a la costa de Magdalena causando uno de los mayores desastres ambientales a nivel mundial
Pero la estela de combustible más grande de Shell quedó en el delta del Níger, Nigeria, donde la compañía operó durante más de medio siglo y derramó 10 millones de barriles de petróleo desde 1960, según un informe realizado en 2006 por expertos nigerianos, estadounidenses y británicos.
En diciembre del 2011, el último vertido de crudo de Shell en el área fue de unos 40.000 barriles de petróleo que se extendieron por unos 185 kilómetros en el océano.
Las fugas de petróleo en el delta del Níger en el último medio siglo equivalen a entre 30 y 40 veces el accidente del Golfo de México del 2011.
Se estima que unos 31 millones de habitantes del sur de Nigeria conviven con 300 derrames de crudo que se registran por año, lo que les impide su acceso al agua para consumo y regadío, además de imposibilitar varias actividades económicas, como la pesca y la agricultura.
Además la lluvia ácida, el persistente olor a gasoil en el aire y la escasa fertilidad de la tierra, que en varias zonas está cubierta por una capa aceitosa, provocó que millones de personas se desplazaran. Desde que Shell se instaló en el delta del Níger, la esperanza de vida de la población que reside en el delta es de 41 años.
El 2011 Wikileaks difundió cables que dan cuenta que Shell utiliza la influencia política en Nigeria para manipular la situación en el país y un fallo de un tribunal internacional la condenó a pagar 11 millones de euros por la muerte de nueve activistas ogonis, que protestaban por la actividad de la compañía petrolera en el Delta del Níger en 1995.
Shell se defendió argumentando que casi todos los derrames de petróleo en el Delta del Níger eran producto de sabotajes.
AUMENTO DE EMISIONES DE CARBONO
Se calcula que hay una disponibilidad de petróleo en el Ártico capaz de satisfacer la demanda actual de crudo por sólo tres años. De concretarse su extracción, esto contribuiría de forma significativa a las emisiones de carbón, además del riesgo a los ecosistemas locales.
“Numerosos reportes muestras que a través de la implementación de medidas de eficiencia energética y producción de energía limpia, las necesidades globales de energía no requieren que el Ártico sea invadido de esta forma. Las propuestas que hemos elaborado a escala global para fortalecer fuentes limpias, aumentar la eficiencia energética y avanzar en una transición que deje atrás los combustibles fósiles es una alternativa real”- señala Greenpeace.
Mauricio Becerra R.
@kalidoscop
El Ciudadano
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