Los camarones son el plato favorito de muchas personas y pueden ser consumidos de distintas maneras como en sopas, ceviches, fritos o en empanadas. No obstante, estos pequeños animales marinos esconden algunas características que son poco conocidas y pueden resultar ser bastante desagradables para algunos.
Resulta que los camarones presentan una escalofriante similitud con las cucarachas. Ambos seres vivos tienen una población bastante masiva. Los camarones tienen 240 especies viviendo en el Océano Pacífico, mientras que las cucarachas son conocidas por sus enormes plagas.
En tanto, el tamaño de los camarones puede llegar a ser entre los 2 y los 35 centímetros, mientras que las cucarachas alcanzan los 3,5 centímetros.
Ambos animales poseen caparazón y 10 patas que, miradas desde cerca, pueden ser aterradoras. Sin embargo, más allá de la cantidad que exista o del tamaño que tengan, lo cierto es que muy pocos sienten algún tipo de repulsión al comer camarones, no así si supieran que están comiendo cucarachas.
Pero si se analiza el comportamiento que los camarones tienen bajo el mar, se sabe que son animales carroñeros que se alimentan de algas, crustáceos pequeños, animales muertos y residuos de otros peces.
Dicho en otras palabras, tanto los camarones como las cucarachas se alimentan de basura, sólo que uno vive en la tierra y el otro en el mar. Ambas especies cuentan con un exoesqueleto que, si se consume, puede causar varias enfermedades debido a la gran cantidad de parásitos que habitan en él, todo debido al tipo de alimentación que tienen.
Esto no se trata de satanizar el producto, pero sí poner más atención en lo que se está comiendo, sobre todo si ese animal se alimentó de basura. Además, es importante señalar que la línea negra que se ve en el camarón corresponde a sus desechos fecales.
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