Khali es una banda que la rompe en el Puerto y en todos los sitios done la escuches. Más que unas flores son unas tumbas ancestrales abiertas al espacio de la música rock. No confunden lo cósmico con lo místico ni la tendencia actual con el arte de la repetición, es una dosis perfecta de fluidez y seriedad, de composición y diversos elevadores resonantes.
Aquí la entrevista transatlántica que hemos generado vía e-mail con Kahli: Carolina Aparici (voz y teclado), Sebastian Cárcamo (guitarra cigar box) y Gonzálo Navarro (batería).
-Hablemos del EP ¿Cómo se produce? Dónde fue grabado, en cuánto tiempo, quienes les apoyaron…
El EP fue completamente autogestionado. Eso nos gusta porque tenemos todo el control creativo. Y nuevamente (como en el disco anterior) lo grabamos con Pablo Rivas en su estudio Susurroensordece en Valparaiso. El nos ayuda a definir algunos detalles sonoros. En Agosto del 2017 entramos a grabar y en Septiembre comenzamos el proceso de mezcla, la masterización se realizó en Enero del 2018.
-En La nave de Kahli (8:31), primer tema y mismo nombre del EP ¿Qué hace que sus ocho minutos y medio de duración se sostenga con eficacia?
La nave de Kahli, como su nombre lo dice, es el despegue de la nave, el despegue del EP. Son 8 minutos y medio de compases y melodías, que se estructuran en un juego mántrico creando la atmósfera para comenzar esta historia y este viaje. Generalmente uno tiende a querer saber el final de una historia o hacia dónde se encamina ese viaje que comienza, por lo que, quien se interese en nuestra música se va a quedar escuchando hasta el final, para conocer hacia dónde lo lleva y cuál es el final de la historia, y el final de la historia es el último tema del EP. La voz también genera una atmósfera que comienza contando una historia y advierte que algo se nos ha olvidado, algo que al final del EP, recordaremos y qué tiene que ver con nuestro viaje como seres humanos, como almas en esta tierra.
-¿Es la repetición un elemento de composición recurrente en Kahli?
La repetición es recurrente en Kahli, en cuánto al efecto mántrico que queremos provocar en el que escucha. Así como los mantras védicos producen efectos en la mente y el cuerpo, nosotros hemos querido, a través de la repetición de ciertos compases, versos y tratamiento del sonido, producir sensaciones en el público más allá de lo tangible, entregar nuestra música y el mensaje que ésta contiene, no sólo a la mente racional, también al subconsciente, también al cuerpo, resonar en el cuerpo, resonar en la mente del público después de que acabe el recital, unirnos con otras almas.
-¿Podrían explicar por favor qué es la “mantradelia”?
Cuando comenzamos a ensayar el 2015 decidimos denominar lo que hacíamos como “mantradelia” pero antes que todo fue una manera de darnos una paleta de colores musical, ya que realmente, no nos identificábamos completamente con ningún género en especial, más bien, nos sentíamos profundamente influenciados por una gran cantidad de géneros musicales ( blues, rock psicodélico, grunge, punk, metal, música del mundo, etc.), una gran diversidad que nos hacía “quiltros” y a la vez libres de etiquetas preconcebidas, así que nos inventamos un estilo, “la mantradelia”.
“Mantradelia” es una mezcla entre psicodélia y mantra, que fusiona ambos términos. Por una parte evoca la inspiración por la “psicodelia” o “manifestación del alma”, reafirma la influencia que tenemos de la música psicodélica de finales de los 60 y principios de los 70 , la contracultura alemana del krautrock y todo lo que emerge de ella, el rock electrónico, progresivo, etc. y también la inspiración que tenemos en los mantras védicos de India, en cuanto a nuestros procesos creativos, de repetición, de método, de objetivos que deseamos producir en nosotros y en el que escucha y de devoción por la música que hacemos.
-Carolina, comenzaste a estudiar canto védico el año 2012 ¿Cómo integras las voces en la dura –y bella- mezcla del kraut y el doom?
Sí , me inicié en la recitación védica el 2012, en ese entonces, no sabía el significado que tendría después para mí. Mi profe de yoga y maestro de recitación védica, Andrés Wormull, me inició en esta tradición que para la mayoría de Occidente es súper desconocida, o existe mucha desinformación al respecto. De a poco fui aprendiendo y estudiando los mantras védicos, siempre con mi maestro, quién además me inculcó el respeto por esta tradición y la disciplina de años que se requiere para poder realizar un buen manejo de la recitación.
En Kahli no se cantan mantras , ni se recitan mantras védicos, sino que existe una influencia en el orden que se le da a los compases en la composición musical que se asemeja o se inspira en ciertos patrones de repetición y disposición de los mantras védicos, existe una inspiración de nuestra música sobre la estructura del mantra.
Y en lo profundo, Kahli se inspira en el sonido de los mantras como vibración creadora, sagrada y cósmica, en la cultura védica unida al todo, a la naturaleza, el universo y el cosmos.
Esta disciplina requiere años de estudio, práctica con el maestro, aprender a escuchar, recitar luego incansables veces sola o acompañada con otros compañeros de estudio los mantras aprendidos, mucha paciencia, repetición, calma, trabajo diafragmático, trabajo de resonadores, buen manejo de la respiración, respeto por la disciplina, modulación, memoria, meditación, devoción y más práctica y estudio.
Sobre como integro todo esto, debo decir que más que nada por intuición. Creo que cuando uno realiza una creación honesta , desde el amor por lo que crea y siente, esa creación se ve completamente influída por lo que uno es y uno es una gran cantidad de experiencias y conocimientos aprendidos o desaprendidos, uno es todo lo que le llevó a ser quien es, y desde ese punto de vista , más que mezclar o integrar mis influencias musicales con las disciplinas y etapas que han marcado mi camino (el canto lírico, la voz teatral, la recitación védica, etc.), la voz que sale de mí, es la voz de lo que soy realmente, que está más allá de Carolina, es mi alma y todos los aprendizajes de Carolina que se transforman en voz.
Es la voz desnuda , que cuando canta desde el ser que es, sin buscar aprobación, reconocimiento o demostrar cierta técnica especial, se transforma y manifiesta en la voz de una larga historia cósmica y también humana, de la cuál, yo soy sólo canal conductivo y en ese sentido ya viene integrada con todo lo que la compone.
-Tanto Ceniza (08:49) y Last Shiva’s Dance (03:43) son temas que atraviesan el EP con cierta forma rítmica bailable, no por ello llama a ponerse de pie ¿Cómo es el público de Kahli? ¿Es para ustedes la contemplación sonora un eje de producción?
El público de Kahli es bastante diverso, no corresponde a sólo un tipo de personas que les gusta sólo un estilo musical, le gusta a los psicodélicos, a quienes gustan de la música indie, el rock, el grunge, metaleros, etc. También personas que les atrae la música de la india o “música del mundo,entre otros. Lo mismo pasa en cuánto al rango de edad de la gente que nos escucha, gente muy joven y gente también que con nuestra música recuerda su pasado hippie, rockero y psicodélico, estos últimos generalmente bailan nuestros temas y se van en su trance, eso nos gusta mucho, tener esa transversalidad, aunque reconocemos que para muchas personas también puede ser algo raro y difícil de digerir.
Claramente la contemplación sonora tiene una importancia en el eje de la producción de los temas, sobre todo por nuestra intención de lograr, a través de lo sonoro, producir ciertos efectos físicos y no tan físicos en el oyente.
-Aparecer (7:07) Gonzálo, has tenido un largo recorrido como baterista en bandas del Puerto ¿Cómo sientes el rock más puro al mezclarse con el síntoma hinduísta que tiene la banda? ¿Cómo tomas decisiones en este tema?
La primera vez que nos juntamos a ensayar con Kahli toqué solamente con un pandero y con un tarro de pintura como tambor. No es la primera vez que lo hago asi, creo que con el minimalismo el rock gana en pureza y honestidad y a partir de ello creces en versatilidad.
Además el inicio conceptual de Kahli coincidió con que me puse a ver que habia hecho musicalmente hasta ese entonces. Había tocado punk, rockabilly, noise, indie, rock pop e incluso cumbias. Pero fue la experiencia junto a Alvaro Peña y Fatiga de Material la que me hizo replantear el qué significa tocar. Alvaro es alguien que puede cantar una balada punk acostado en el escenario o quería que una canción tuviera percusión de botellas plásticas. Me replanteé qué significaba ser baterista e incluso que significaba el rock mismo. ¿Es necesario al tocar poner caras sufrientes, como de baterista de Metallica? El rock tambien podía ser intenso al ser meditativo o concentrado. Por esto a Kahli vine a tocar con simpleza, casi llegando a la impavidez. Mi idea es transmitir un ritmo circular, envolvente y llevar las cosas desde lo suave hasta la intensidad. A veces doy vuelta mi faceta de diestro y hago cosas de zurdo. Creo que eso es lo mejor de esta banda. Que nos obligamos a sorprendernos y que logramos unir el trabajo vocal de Carolina que es muy intenso, junto a la versatilidad de Sebastian con su guitarra cigar box en un marco de fusión de lo antiguo con lo nuevo y lo oriental con lo occidental. Es estar buscando propuestas nuevas, salirse del camino y adentrarse en la arena o el mar.
-Sebastián, ¿Me puedes contar un poco cómo insertan todo el tema multimedia, iluminación y proyecciones visuales a la propuesta?
Bueno , en cuánto a la iluminación, buscamos darle teatralidad a nuestro show, una teatralidad vintage y psicodélica a la vez.
En algunas presentaciones nos enfocamos en el espacio plástico y la materialidad donde se proyectarán las visuales, otras veces creamos algo parecido a una instalación, en la cual, se inserta la banda, la música, la sonoridad y el mapping, otras nos enfocamos a hacer del espacio algo más escenográfico, sobre el cual se realiza la proyección visual, los personajes seríamos nosotros, la historia sería la música y las letras de Kahli.
La creación de las visuales y el trabajo de mapping es realizado por Alejandra Thayer y el colectivo Cosmogonía, quien recolecta, edita y mezcla las visuales, teniendo en cuenta el imaginario de nuestra música, las emociones, sensaciones y lugares que evoca, aportando al viaje psicodélico e intensificándolo.
-Las Fiestas (8:13) último tema del EP, tiempo invertido en el segundero respecto del primer tema ¿Es el estilo de la banda una suerte de envolvente o de sincronía cósmica? Porque es y ocurre… ¿Cómo sería la voz de la muerte?
Tiene mucho que ver con eso, con la sincronía cósmica, con el viaje que envuelve el EP y con lo que se ha venido produciendo de manera espontánea en nuestro trabajo.
Existe porque ES , así es el universo de Kahli, realmente no nos ponemos tiempos de duración preconcebidos, no nos ponemos de acuerdo en cuánto durará el tema, si será largo, corto, etc. Ocurre, cada tema está vivo y tiene la duración que tiene, así como algunos vivimos 70 años, otros más , otros menos, es algo parecido.
La voz de la muerte sería ese silencio y ese susurro que aparece en los estados alterados de conciencia, antes de que se produzca en ti ese gran cambio, esa transformación y despego de lo que eras, la muerte del ego, que ponen en evidencia la ilusión de la realidad material en la que vivimos y que percibimos con nuestros cinco sentidos, dándonos paso a ese estado de percepción, donde vivimos la anagnorisis , el placer y el goce de darnos cuenta de nuestra inmortalidad, de nuestra unión al todo, la desmaterialización que nos hace sólo consciencia de que somos una partícula de la creación, que no hay porque temer a la muerte , que somos eternos creadores y creadoras, células de una obra de arte infinita y viva.
+ INFO:
Nuevo EP La nave de Kahli : https://kahli.bandcamp.com/album/la-nave-de-kahli-e-p
Página web + biografía : http://waah.cl/artistas/kahli-mantradelic
Por Pía Sommer
Editora Arte y Cultura
El Ciudadano