El mundo en el que vivimos nos tiene rodeados de estímulos simultáneos y permanentes, por lo que debemos repartir nuestra atención. Esto puede generar que pasemos por alto algunas cosas o que creamos que no estamos dando suficiente atención a otras.
Los casos cotidianos, como por ejemplo, olvidar para qué agarramos el teléfono o qué era lo que íbamos a comprar en el supermercado, son muy frecuentes y es por eso que es bueno detectar cuando son simples distracciones y cuando se trata de un problema de memoria real.
Según indica el experto en neurología de la Universidad de Boston, Andrew Budson, el punto máximo de la memoria se alcanza a los 20 años y a partir de esa edad, nuestra capacidad para aprender o retener va disminuyendo.
Cambios normales en la memoria
A medida que el tiempo pasa, puedes ir notando estos cambios pero eso NO significa que tengas un problema de memoria:
- Para que algo te quede guardado en la memoria, necesitas que te lo repitan varias veces.
- Te demoras más en recuperar algún recuerdo. El envejecimiento hace que encontrar esta información requiera más tiempo, pero sólo es un signo del paso del tiempo.
- Para poder recuperar un recuerdo o información, necesitas que te den una pista.
Generalmente, estos cambios se manifiestan entre los 40 o 50 años y son parte de un envejecimiento natural.
Problemas de memoria
No son parte de los cambios naturales del cuerpo y se manifiestan en cosas como, por ejemplo, cuando te deben repetir muchas veces una información o te entregan muchas pistas y aún así no recuperas el recuerdo.
Los problemas de memoria suelen estar causados por factores como la depresión, la ansiedad, la falta de vitaminas, el hipotiroidismo o ciertos medicamentos.
Qué hacer si dudas de tu memoria
Puedes preguntarles a los que te rodean si han notado cambios en tu conducta que tengan relación con la memoria.
Algunas señales de alarma son que hagas las mismas preguntas o repitas las mismas historias sin darte cuenta de que eso está ocurriendo, o que no puedas realizar algunas tareas que antes sí podías.
Una forma de almacenar la información y adoptar hábitos que te ayuden a mejorar tu memoria o calidad de vida son los siguientes:
- Dormir bien para que así el cerebro procese la información y pase la memoria de corto plazo a la de largo plazo.
- Alimentarse de manera sana y balanceada, esto quiere decir incluir frutas, verduras, legumbres y cereales a tus comidas.
- Realizar actividad física para que el cuerpo se mantenga saludable, oxigenado y con mejor ánimo.
Si notas que definitivamente no puedes retener información es mejor que consultes con tu médico, pues puede tratarse de problemas de memoria a nivel neuronal.