2012: Año del poder popular

Durante el año 2011 el pueblo chileno se movilizó como nunca antes en la historia

2012: Año del poder popular

Autor: Sebastian Saá

Durante el año 2011 el pueblo chileno se movilizó como nunca antes en la historia.

Miles de marchas y millones de personas estuvieron presentes y movilizados.

Esta mayoría apuntaba a la necesidad de terminar con el lucro en la educación, reivindicación que rápidamente se transformó en una oposición a toda forma de lucro, lo que significaba oponerse a todo acto abusivo y engañoso, con el propósito de obtener ganancias desmedidas. Rápidamente, esta mayoría de ciudadanos y ciudadanas tomó conciencia que el lucro y el abuso eran parte inherente del actual sistema capitalista. El abuso y el lucro forman parte del motor que le da vida al actual sistema.

Por lo tanto el Gobierno es coherente al no escuchar a la mayoría movilizada y seguir con su programa que profundiza la privatización de la educación, colocando como ministro a una persona que se ha caracterizado por su posición de extrema derecha.

Del mismo modo, el Gobierno no escucha el clamor de la mayoría que se opone a Hidroaysén en la Patagonia y el propio Presidente da a conocer que privilegiará ese proyecto para solucionar el problema energético. Tampoco escucha el anhelo de mayor  participación y de realizar cambios profundos en la institucionalidad.

Cuando Carlos Larraín, presidente de Renovación Nacional (RN) logra un acuerdo verbal con Ignacio Walker, presidente del partido democratacristiano (DC), muchos creyeron ver que se abría una posibilidad para llevar adelante algunas reformas que de alguna manera estaban siendo solicitadas por la mayoría de la ciudadanía.

Sin embargo los que apostaron por una salida negociada se olvidaban que tanto el presidente de RN como el presidente de la DC son dignos y fieles representantes de la derecha chilena, y ambos forman parte de los sectores mas retrógrados en sus respectivos partidos, y por lo tanto, junto a la Unión ‘Demócrata’ Independiente (UDI), con la colaboración del resto de la clase política tienen como principal preocupación salvar al actual sistema y mantener el mismo proceso de dominación.

Ninguno de ellos está por una mayor participación popular como tampoco por abrir cauces reales para democratizar la actual institucionalidad construida y afianzada bajo las firmas de Pinochet y de Lagos.

El doble discurso de la Concertación, que por un lado prometía participación y redistribución del ingreso, mientras que en la práctica hacía todo lo contrario, logró mantener el engaño por casi 20 años.

El actual gobierno, al cabo de dos años, se ha quitado totalmente la careta y aparece nítidamente como el gran defensor de los grandes intereses capitalistas, ganándose el  rechazo y la antipatía de la ciudadanía.

Resulta inexplicable esperar soluciones por parte de los constructores y defensores del actual sistema.

La solución a nuestras justas demandas, a los problemas de la mayoría del pueblo solo será solucionada a partir del propio pueblo, al  transformarse de una mayoría descontenta en una mayoría organizada y actuante.

La tarea es nuestra y descansa en la posibilidad de construir unidad a nivel de los estudiantes secundarios que durante el año pasado estuvieron divididos y en este contexto saludamos a los compañeros secundarios que levantan para este año una propuesta unitaria que cobije a todos.

Desde la periferia de Santiago los estudiantes más golpeados por la represión se han organizado en la Aseco (Asamblea de Estudiantes Cordillera).

Del mismo modo aplaudimos los esfuerzos que ya empieza a realizar la nueva directiva de la Fech y la Confech que apuntan a ampliar la base social, fortalecer la unidad entre secundarios y universitarios, al mismo tiempo que fortalecer la unidad con el mundo poblador y fundamentalmente con los trabajadores.

Se construye unidad a nivel de la Coordinación de Asambleas Territoriales que recientemente ha realizado su  Séptimo Encuentro donde confluyen las asambleas de Lo Espejo, Independencia, Puente Alto, La Florida, San Bernardo, Ñuñoa, Pudahuel, Putaendo, San Felipe, El Volcán, Achupallas.

Se fortalece la unidad cuando las organizaciones territoriales de la zona sur se une en la Coposur  (Coordinadora Popular Sur), donde participan organizaciones populares de El Bosque, La Granja, San Ramón y La Pintana. Se construye unidad cuando los pobladores se unen alrededor de la Federación Nacional de Pobladores (Fenapo).

Se construye unidad cuando se elabora un pliego común que plantea el agotamiento del actual sistema institucional y la necesidad de construir desde la base social el poder del pueblo que a nivel de las asambleas discute y perfecciona sus demandas, se moviliza y lucha por conseguir solución a sus problemas de educación, salud, vivienda, trabajo.

Estamos construyendo unidad y futuro cuando nos levantamos en contra de las grandes mineras que destruyen los recursos naturales, además de robarse nuestras riquezas y que terminan con el agua en el Norte de nuestro país.

Construimos unidad en la RAN, en la Asamblea del Norte, en asambleas por la defensa del agua que agrupan a los colectivos Salvemos los Valles que se enfrentan contra los grandes poderes de Luksic y de trasnacionales como la Barrick Gold.

Se construye unidad y esperanza cuando constatamos que el pueblo de Magallanes se prepara para nuevas jornadas en defensa de sus problemas al igual que el pueblo de Calama. Construimos esperanzas cuando vemos el coraje del pueblo mapuche que a pesar de las atrocidades cometidas en su contra por parte del Gobierno y las fuerzas represivas, mantiene su dignidad y recoge el legado de 500 años de resistencia durante los cuales nunca ha sido doblegado.

El año que comienza será un año de grandes avances para el movimiento popular. Se fortalece su organización y sus niveles de unidad y se abren los espacios para sumar voluntades.

La tarea no es fácil y debemos aprender a ocupar todos los espacios que signifiquen fortalecer el proyecto popular y las justas demandas de las mayorías ayer movilizadas.

El actual sistema está desprestigiado y deslegitimado. La acción organizada del pueblo  será la única capaz de abrir los nuevos caminos de construcción.

Lamentamos que importantes sectores de la izquierda privilegien el acuerdo con los defensores del actual sistema postergando la posibilidad de construir un proyecto alternativo, que como nunca antes tenía grandes posibilidades de sumar voluntades y transformarse en un proyecto de mayorías.

Como esto no fue posible se hace necesario e imprescindible rescatar la defensa del proyecto popular, el fortalecimiento de las demandas populares, la visibilidad de las demandas que son postuladas por la mayoría de la ciudadanía.

En el actual contexto es difícil expresarse a través del voto, a pesar de la inscripción automática ya que los espacios para inscribirse como organización política o para levantar candidatos populares siguen siendo cerrados y privilegio para una minoría que detenta el poder.

Con excepción del partido Igualdad, que levanta una propuesta independiente y que recoge las aspiraciones populares, el resto de las fuerzas de una u otra manera le están haciendo el juego a los defensores del actual sistema.

Cuando la mayoría no puede expresarse mediante el voto, solo le queda fortalecer el proceso de construcción del poder propio, del poder popular.

Estudiantes y trabajadores, pobladores y ecologistas, hombres, mujeres, ancianos, jóvenes y niños empiezan a constituirse en una fuerza real, organizada y actuante que volverá a ocupar las calles de las grandes ciudades y hará oír con fuerza su voz para hacer realidad sus esperanzas.

Por Patricio Cid


Reels

Ver Más »
Busca en El Ciudadano