Ella es nuestra mejor boxeadora.
Él, nuestro Ministro de Justicia y Derechos Humanos.
Ella tiene un pasado delictual por drogas.
Él apoyó coherentemente y por muchos años a delincuentes como Pinochet y Paul Schafer.
Ahora ella es nuestra campeona mundial de boxeo.
Él hoy es el Ministro de Justicia y Derechos Humanos.
Él y ella nunca han reconocido su pasado delincuencial. Aunque ´´él pidió en un momento un perdón para pasar el bochorno, sin decir por qué y a quién.
Ella y él gozan de la consideración pública, sobre todo él, que gana unos 7 millones de pesos mensuales pagados por todos los chilenos, sin recibir un solo golpe.
Ella fue detenida con cuatro kilos de droga atada a su cuerpo.
Él, reportado en Colonia Dignidad, recibiendo allí clases de Jaime Guzmán y después admirador de la labor de Paul Schafer, que violaba a decenas de niños en una especie de campamento militarizado fascista.
Ella no ha dicho nada.
Él dice que “la mayoría de los jueces (chilenos) son de izquierda”.
Ella se carrileó en el Congreso Anual de Asesores.
Él en el Congreso Nacional.
Ella no dijo nada de la policía de Santa Cruz que la detuvo.
Él denunció que operativos policiales contra Colonia Dignidad eran “montajes” contra gente que no delinquía. Agregó que denuncias de pedofilia a su amigo el degenerado Paul Schafer “se reducen sólo a denuncia de un menor que dice haber sido víctima de abusos”.
Ella estuvo en el penal Centro de Rehabilitación Santa Cruz Palmasola, Bolivia, uno de los más peligrosos de Latinoamérica.
Él reiteradamente en Colonia Dignidad, centro de torturas y de pedofilia, en el que incluso desaparecieron presos políticos de la dictadura, demostrando que era más peligroso que el de Palmasola. ¡Ejemplar ministro de Derechos Humanos!
Ella y él son muestras de en qué país vivimos.
Ella parece estar, afortunadamente, reivindicada.
Él está mostrando que, como se esperaba, no tiene arreglo. “Creí que estaba entre amigos” dijo al justificar sus juicios sobre los jueces, dichos en reunión de la UDI.
Ismael Llona M.