El cártel de Lima se vino abajo en la Cumbre: Venezuela y Cuba se respetan

por Carlos Aznárez Se derrumbó el cártel de Lima que reúne a los mandatarios de derecha del continente y que se agruparon con un solo objetivo: colaborar activamente en el derrocamiento de Nicolás Maduro

El cártel de Lima se vino abajo en la Cumbre: Venezuela y Cuba se respetan

Autor: paulwalder

por Carlos Aznárez

Se derrumbó el cártel de Lima que reúne a los mandatarios de derecha del continente y que se agruparon con un solo objetivo: colaborar activamente en el derrocamiento de Nicolás Maduro.

Obcecados, lo intentaron en varias ocasiones y fracasaron, pero en esta oportunidad tenían planeado jugar a fondo de la mano conductora de Donald Trump. Sin embargo, no les fue posible ya que al no viajar Trump a Lima (con el vice Mike Pence solo les alcanza para disimular su derrota) y con el anuncio de que ninguno de los presidentes del ALBA tampoco asistirán, se generó un vacío que determina que la Cumbre se devalúe hasta lo indecible.

Para colmo, los encuentros previos de ese eufemismo denominado “sociedad civil” también se vinieron abajo. Primero, por la asistencia de ONGs digitadas por Washington y con muy poco peso ético y político (el caso de la venezolana PROVEA es una de ellas) y por el otro, por la batalla que le dieron en su propia madriguera los delegados latinoamericanos que no simpatizan con el imperio y defienden a Cuba, Venezuela y otros gobiernos revolucionarios.

Tratando de contrarrestar la masiva campaña anti-Venezuela, delegados de la Patria de Hugo Chávez contestaron con argumentos en cada foro o taller en el que participaron. La reacción de los escuálidos y gusanos fue la de siempre, practicando el “vade retro castro chavistas” o como en el caso de una de las mesas del miércoles, chillar histéricamente pidiendo auxilio a policías que ni siquiera se animaron a intervenir.

Si faltaba algo, el hijo putativo de Trump, el ex canciller uruguayo Luis Almagro volvió a superarse a sí mismo al señalar que “la situación en Brasil es un crecimiento del sistema democrático”. Poco después de esas declaraciones participó en la Cumbre oficial y fue abucheado y repudiado por los delegados latinoamericanos.

Al margen de las provocaciones reaccionarias, en Perú quedó demostrado que tanto a la OEA como a quienes llevan adelante campañas contra Venezuela y Cuba no les salen las cosas como ellos desearían. Sin Trump como protector, los perritos falderos como Macri u otros de sus pares se refugian en los brazos del vice yanqui Pence, pero ya no es lo misma foto que todos ellos anhelaban. Y mucho menos podrán “ejecutar” a Venezuela como pensaban.

Perdieron y no lo reconocerán, pero las evidencias sobran y alcanzan para alegrar a quienes en las calles de Lima y el mundo siguen gritando consignas contra el imperio.

Lo que sí resulta bochornoso es cómo el gobierno del reciente asumido Vizcarra ha abierto todos los grifos para que en Lima los medios peruanos hablen día y noche mal de Nicolás Maduro, de Lula da Silva o de Cuba socialista, entrevisten a sujetos ignotos para que despotriquen contra Cuba o incluso apelen a programas de “debate” donde los únicos invitados son antichavistas.  Sin embargo, todas estas maniobras se han ido estrellando en el entusiasmo y las convicciones sólidas de los militantes populares llegados desde todo el continente dispuestos a defender las revoluciones latinoamericanas y denunciar las lacras del neoliberalismo.

Algo que se demostró con una gran concentración popular frente a la embajada de Brasil para reclamar “Lula Livre” o lo que este jueves quedará perfectamente patentizado en una gran marcha antiimperialista por el radio céntrico de la capital peruana.

Por lo demás, la Cumbre de los Pueblos sí ha funcionado a pleno, con intervenciones notables de Atilio Borón, de Argentina, Luis Britto, de Venezuela, la ex presidenta del parlamento de Ecuador, Gabriela Rivadeneira, el ex canciller del mismo país, Patiño o la del intelectual cubano Enrique Ubieta. Protagonistas de debate real y concreto sobre las necesidades liberadoras del continente y generadores de interrogantes sobre por dónde deberán caminar las próximas luchas.

Junto a ellos, cientos de delegados y delegadas del movimiento campesino y obrero peruano siguen dando calor a una Cumbre que se convirtió por abundancia  de trabajo y claridad ideológica en la voz de los pueblos frente a la nauseabunda voz de los totalitarios del continente, que en esta ocasión, no ha podido imponer su prepotencia.

 


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