Los controvertidos planes para cultivar órganos humanos dentro de los cuerpos de los animales se han acercado un paso más a seguir adelante en Japón.
Según informes locales, se espera que los funcionarios del gobierno en el país asiático revoquen su actual prohibición de la práctica para el otoño.
Un panel de expertos, encargado por ministros japoneses, concluyó que permitir los experimentos podría conducir a grandes avances científicos.
La práctica, que ha provocado furiosa reacción de los defensores de los derechos de los animales en los últimos años, ya está permitida con fines de investigación en el Reino Unido y los Estados Unidos.
Algunos biólogos japoneses han abandonado el país para realizar experimentos a través del Océano Pacífico debido a la prohibición, situación que los críticos consideran «horripilantes».
Sin embargo, el Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología ha consultado el asesoramiento de un panel de expertos científicos en relación con la práctica.
El panel acordó que los investigadores deberían poder implantar embriones animales con células humanas en el útero de un animal, informó The Japan News.
En la actualidad, los expertos japoneses solo pueden inyectar células madre pluripotentes inducidas por humanos, que pueden convertirse en cualquier cosa, en un embrión animal.
Estos embriones ya están genéticamente modificados para ser incapaces de desarrollar ciertos órganos utilizando la tecnología de edición de ADN Crispr.
Si los planes continúan, cuando el Ministerio revise sus directrices actuales, los investigadores podrán por primera vez implementar su trabajo de laboratorio en animales.
Algunos científicos creen que la creación de órganos humanos en animales, como los cerdos, podría detener la creciente escasez de órganos necesarios para los trasplantes.
En promedio, 20 personas mueren cada día mientras esperan un trasplante de órgano, de acuerdo con la Red Unida para el Intercambio de Órganos.
Pero los defensores del bienestar animal advierten que los experimentos para desarrollar órganos humanos dentro de los animales se hacen eco de la historia de terror ficticia «Never Let Me Go».