Las dolarizaciones no solo implican la desaparición de la moneda nacional, forman parte de todo un paquete de medidas que compromete la independencia, el desarrollo y el sueño de la igualdad social.
El paquete incluye necesariamente: 1) la privatización de las principales industrias generadoras de divisas y 2) el endeudamiento externo. Veamos por qué, y para qué.
- Para adoptar el dólar como moneda nacional, lo primero que se debe establecer es la cantidad de billetes verdes que circulará en la economía, y por lo tanto, cuántos nos enviarán del norte.
- Esa cantidad depende del nivel de las reservas internacionales. En nuestro caso tenemos, a la fecha, $ 9.968 millones. Los ideólogos de la dolarización, están proponiendo que máximo deberán circular $ 3.000 millones. Según ellos ese es el tamaño de nuestro sistema financiero.
- Estados Unidos no nos enviará ni un dólar más que sobrepase un tercio de las reservas. Debemos limitarnos a esa cantidad.
- Cuando el pueblo venezolano ose decidir aumentar la inversión social, el salario de los trabajadores del sector público, las pensiones de los viejitos, la meta de viviendas, construir un hospital, escuelas, carreteras, universidades, importar medicamentos o tecnología, es decir, desarrollarse, requerirá más dólares.
- El imperialismo norteamericano solo nos dará más billetes de los verdes, si y solo si, aumentamos las reservas. Lo cual, en esta propuesta de gran transformación y de construcción de la Venezuela del futuro, será absolutamente imposible.
- Estando privatizadas PDVSA, las industrias básicas y las minas de oro, diamantes y coltán, el Estado no contará con los ingresos en divisas que éstas generan, los cuales representan el 99% de las exportaciones. Bajo estas condiciones, jamás aumentará el nivel de nuestras reservas.
- “Afortunadamente” el Imperialismo norteamericano nos ofrece una solución, ya incluida en el paquete: el endeudamiento externo. Estará dispuesto a prestarnos dólares, eso sí, con la condición de que se utilicen para promover e incentivar la inversión extranjera privada, preferiblemente norteamericana, de manera de garantizarse que los billetes verdes regresen al norte.
- Un detalle importante es que los dólares que nos prestarán para nuestro “desarrollo”, son los mismos que generaron las empresas privatizadas.
- Estando más endeudados y con intereses de deuda que pagar, nuestras reservas internacionales se verán cada vez más comprometidas y limitadas. Nuestra dependencia al Imperialismo norteamericano será cada vez mayor.
Sin dudas sería una gran transformación para Venezuela. Nuevamente seríamos Colonia, en esta ocasión, norteamericana.