Los ciudadanos paraguayos legalmente autorizados para ejercer el voto, salen este domingo para elegir a quien gobernará los destinos de la nación guaraní, en una justa electoral que tiene como protagonistas al candidato por parte del gobierno, el conservador Mario Abdo Beníte, con vínculos estrechos con la dictadura, y al liberal Efraín Alegre aliado de Fernando Lugo, expresidente que fuera depuesto tras un golpe parlamentario, que aspira en una segunda oportunidad la presidencia, pero que, según los sondeos, los números no le favorecen.
Apatía para salir a elegir
La campaña que ha sido signada por una gran apatía y malestar por parte del electorado hacia la dirigencia política, da como virtual vencedor a Abdo Benítez, con un porcentaje que ronda el 26 por ciento de diferencia en la intención de voto, con lo que el Partido Colorado afianza sus esperanzar de mantenerse en el ejercicio del poder.
De darse el escenario que se plantea anteriormente, las posibilidades de lo que sucedería en el Senado, no sería otra que una institución con el poder determinante en la toma de decisiones dentro de los ámbitos políticos y administrativos de la República Paraguay.
Los candidatos después del debate del domingo dejaron claros visos de coincidencias y afinidades en temas centrales como el modelo económico, así como en la reforma de la Justicia para combatir la corrupción y la impunidad. Sin embargo se presentan a las elecciones sin haber logrado impactar positivamente en la población para evitar la posible abstención
Situación de la izquierda
Por otra parte, la lucha que se presentará en el Senado augura más diversidad, pues se prevé que la influencia del expresidente Lugo a través del Frente Guasu, aumentará en el número de curules convirtiéndose en una fuerza con un mayor peso, que obligaría a los colorados, en caso de un eventual triunfo de esa tolda política, a sentarse a negociar con la izquierda, por lo menos en lo concerniente a la agenda política.