Amanda Opazo, vocera de la CONES, señaló que «la movilización es un peldaño más en ascendencia» en la confrontación con la agenda privatizadora del presidente Sebastián Piñera.
Por su parte, Rodrigo Rivera, vocero de la Confech, afirmó que estaban allá «en señal de apoyo y colaboración con el mundo secundario» y que no van a «permitir que el Gobierno continúe con su agenda privatizadora».
Además, Dafne Concha, vocera de la CORPADE, apuntó a la necesidad de tener una educación «laica y pública» que permita «compartir con todas las nacionalidades que viven en Chile y que nos dan una gran riqueza cultural». A su vez, insistió en la importancia de una educación sexual digna y de calidad y denunció «la represión desatada» en la última marcha estudiantil.
Finalmente, el presidente de la AEFEM, Manuel de Valenzuela, denunció «las paupérrimas condiciones» en las que se encuentran muchos establecimientos y la precariedad de casinos y comedores, de los que -dijo- estaban «llenos de feca». Además, señaló que muchos niños almuerzan de pie «por falta de sillas».
Por otra parte, Valenzuela apuntó que es «urgente una efectiva desmunicipalización de la educación» y aprovechó para mandar un mensaje al ministro de Educación, al que le dijo que «la calidad en la educación tiene que ver también con la calidad en las condiciones laborales de los trabajadores».