Henri Michel (1947-2018) siempre será recordado como el entrenador que dotó a la selección de Francia del fútbol sutil, espumeante, una combinación de toque preciosista, fuerza y velocidad con la que la selección gala eliminó a Brasil en cuartos de final en el Mundial de México 1986.
Después de un largo combate con el cáncer, el ex mediocampista que tenía la endemoniada facultad de pegarle al balón con potencia y habilidad de ambos perfiles, falleció este martes a los 70 años de edad, dejando a su paso una rica historia como futbolista y entrenador.
Oriundo de Aix-en-Provence su talento con el balón comenzó a florecer en el Aix, y explotó con fuegos artificiales en Les Canaris, donde se convirtió en una de los jugadores más relevantes en la historia del club.
Con Francia brilló en aquella selección dirigida por Michel Hidalgo y comandada en el mediocampo por el mariscal Michel Platini a quien acompañaba en las labores de creación de Les Bleus en el Mundial de Argentina 1978. Aunque el combinado galo fue eliminado en la fase de grupo, tras perder 2-1 con Italia, 2-1 ante Argentina y vencer 3-1 a Hungría, quedó para el recuerdo el toque primoroso de Francia, su vocación para buscar el arco rival con Platini y Michel domando el balón con su refinación para gestar fútbol asociado. El gol de Bernard Lacombe al primer minuto del choque ante Italia fue una muestra de esa categoría para cuidar el balón y generar peligro en el arco rival.
Después de colgar los botines en 1982, Michel se convirtió en asistente técnico de Michel Hidalgo y se encargó de dirigir a la selección de Francia en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. Allí comenzó a escribir su historia en los banquillos al conquistar la medalla dorada para su país al vencer 2-0 a la selección de Brasil en la final con goles de Brisson y Xuerebe.
Pero su mayor hazaña llegó en el Mundial de México 1986, donde supo explotar el talento de Platini para amalgamarlo con la habilidad de Alain Giresese y Jean Tigana, la fuerza de Patrick Battiston y la contundencia de Jean-Pierre Papin, Fernández y Stopyra para llegar hasta las semifinales, al dejar en el camino 2-0 en octavos de final a la poderosa Italia de Altobelli, Conti y Pepe Baresi, y en cuartos a la canarinha de Tele Santana que tenía en sus filas a Falcao, Carea, Sócrates y Zico. El choque, que terminó igualado 1-1 y se decidió en tiros penales a favor de Francia 3-4, pasó a la historia como uno de los más vibrantes y emotivos en las copas del mundo.
Agotada por el esfuerzo, Francia perdió en semifinales 2-0 con Alemania pero se quedó con el premio de consolación del tercer lugar al derrotar 4-2 a Bélgica. No quedaron campeones, pero Henri Michel fue el catalizador del fútbol champán que llenó los ojos de los espectadores y que sembró las bases para que en 1998, con Jacquet Aime de entrenador, Francia alzara su primera Copa del Mundo al vencer 3-0 a Brasil con el par de goles de Zinedine Zidane en el estadio de Saint Denis.
El fútbol perdió este martes a uno de los gestores de la modernidad futbolística de Francia. Au revoir, Henri Michel.