Encontraron a tres colombianos esclavizados en granja de cerdos en España

La Policía Nacional detiene a una empresaria en Lugo por mantener a sus jornaleros en condiciones "inhumanas" y "sin ningún derecho laboral o asistencial"

Encontraron a tres colombianos esclavizados en granja de cerdos en España

Autor: Manuel Lopez

La policía nacional detuvo el miércoles pasado a una empresaria de Sarria (Lugo) por mantener a tres trabajadores colombianos en condiciones «inhumanas, insalubres y sin ningún derecho laboral ni asistencial«. Está siendo investigada por presunta trata de seres humanos con fines de explotación laboral y un delito contra los derechos de los trabajadores.

Vivían en la propia granja de cerdos, dormían repartidos sobre «un colchón con los muelles reventados» y un sofá cama, junto a una cocina en la que no podían usar más agua que una captación del río, «la mayoría de las veces llena de barro», con un olor nauseabundo, humedad en el techo y ratones muertos por el suelo.

Por vivienda tenían un espacio situado sobre la propia nave de porcino, comunicado por unas escaleras. A la entrada se acumulaban las bolsas de basura, había suciedad por todas partes, y el váter no se podía usar porque las cañerías estaban atascadas, reseñó el diario El País.

La descripción que hace la policía del escenario de los hechos es dantesca. Los investigadores creen que los tres hombres vinieron a España «engañados» por la mujer y estaban sometidos a un régimen de esclavitud. Trabajaban seis días a la semana, 11 horas cada jornada. Y podían librar por turnos cuando la jefa decidiese. Ella, supuestamente, había contactado con ellos en su país con la promesa de que al llegar aquí regularizaría su situación y disfrutarían de un contrato de trabajo en su granja. Pero después de que les envió por correo electrónico las reservas de billete de avión, hotel y seguro de viaje (requisitos necesarios en España para entrar en el país por motivos de turismo), «nunca» llegó a conseguirles los papeles ni contaron con ninguna garantía.

En este ambiente «inundado de malos olores», según los agentes los tres inmigrantes aprendieron el oficio de «otra persona» y «empezaron a trabajar de forma inmediata». No tenían seguro médico y cuando enfermaban, «con vómitos y diarreas» probablemente por la insalubridad del lugar, «no acudían a los servicios sanitarios, sino que tenían que seguir trabajando». Los únicos medicamentos de los que disponían para aliviar sus enfermedades eran «los que ellos mismos habían traído de Colombia», asegura la policía.


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