Nuevos antecedentes aparecen sobre el homicidio de la lideresa indígena Olivia Arévalo, miembro de la comunidad shipibo-konibo, en la amazonía peruana. La tragedia ocurrió el pasado 19 de abril, cuando un sujeto disparó a la curandera de 81 años. La comunidad acusó al ciudadano canadiense Sebastian Paul Woodroffe de ser el autor del asesinato, por lo que decidieron masacrarlo, en un hecho que ha quedado registrado en un video que circula por internet.
De acuerdo a declaraciones de Ricardo Jiménez, presidente de la Junta de Fiscales Superiores de Ucayali, un testigo del linchamiento aseguró que el canadiense portaba un arma en su mochila. “Él observa que, de la mochila que tenia este ciudadano canadiense, se le cae una pistola color plateado, o sea, ha visto la pistola”, precisó el persecutor.
Siguiendo la declaración de otro comunero, el extranjero habría ido a buscar al hijo de la víctima para cobrar una deuda. «El gringo está donde debe estar, abonando la tierra. El gringo le dio 14 mil soles al hijo de la vieja Olivia y que el hijo se había tirado a la fuga. Por eso es que el gringo lo venía a buscar y por eso mató a la mamá”, se lee en un fragmento de la declaración difundido por América Noticias.
El noticiero dio a conocer además que Woodroffe compró un arma días antes del asesinato, pagando tres mil soles por el arma, la que aún no ha sido encontrada. “El ciudadano canadiense, con fecha 3 de abril, días antes del asesinato, él habría comprado un arma de fuego a un efectivo policial. Tenemos un contrato de compra venta”, indicó el persecutor.
“Cuando la ciudadana Olivia Arévalo, había sido victimada, ha sido con dos disparos. Cuando la Policía ha ido, ha encontrado tres cartuchos de pistola. Entonces, aquí estamos viendo la posibilidad si estos cartuchos corresponden a esta arma comprada”, describió el fiscal Jiménez.
Por otro lado, se hizo pública la declaración de dos mujeres que estuvieron con la víctima luego de recibir los disparos. Según reveló América Noticias, ellas habrían dicho: “Ahí está el gringo que le ha matado”. Los demás pobladores le decían en idioma shipiblo “por qué la has matado, hijo de puta, que te hace la viejita, desgraciado, maldito, entre otros insultos”.