La iniciativa del sociólogo argentino Atilio Borón, escritor premiado por la Unesco y defensor de los derechos humanos, de declarar el 9 de agosto como Día Internacional de los Crímenes Estadounidenses Contra la Humanidad, pica y se extiende. Sumando afectos a la propuesta el último en adherirse fue el cantautor cubano Silvio Rodríguez.
Junto con Borón son artífices de la idea, el escritor y ensayista argentino Alejo Brignole y la periodista y analista internacional, nacida en Buenos Aires, Telma Luzzani, quienes coinciden en que Estados Unidos se ha convertido en un país que exporta destrucción, tortura y obstaculiza procesos democráticos de territorios soberanos en el mundo entero.
Es precisamente en esta injerencia, ataque, penetración o imposición de cultura, modos de vida, alimentación y recreación, además de ideologías y modelos económicos que se centra la preocupación de grupo de intelectuales que exalta, además, la sistematización de los recursos hegemónicos, la validación de la tortura y la puesta en marcha de centros de detención mundializados apelando a metodologías genocidas.
La fecha elegida recuerda el día en que EEUU arrojó la segunda bomba atómica, en Nagasaki, el 9 de agosto de 1945, crimen de gran carga simbólica y reflexión humanista, que alerta sobre la gran crisis moral de la civilización actual que parece inmutable a las muertes, invasiones, bombardeos y centros de tortura justificados por el Estado en cuestión, ante la pasividad de territorios aliados que prefieren estrechar filas consintiendo estos actos vandálicos a escala mundial.
La iniciativa cuenta con un manifiesto, presentado en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, el 28 de septiembre de 2017 en el marco del Segundo Seminario Internacional “América Latina en disputa: la batalla mediática”. El mismo condena colectivamente este militarismo y la vulneración de los derechos humanos en todo el mundo.
Desde entonces cada día se suman intelectuales como el premio Nobel de la Paz de 1980 y presidente del Servicio Paz y Justicia Argentina, Adolfo Pérez Esquivel, quien además es miembro consultivo de la ONU y la Unesco.
Servirá para mantener vivo el recuerdo de los crímenes cometidos y el sometimiento del imperialismo norteamericano sobre los pueblos de África, Asia y América Latina.