Los bancos y el Gobierno lideraron el incremento de la deuda externa de Chile en 2017, que aumentó en 14.539 millones de dólares de Estados Unidos (US$) respecto del año precedente, totalizando US$181.513 millones al cierre del año 2017, equivalente a 62,1% del Productos Interno Bruto (PIB) anual.
El informe del Banco Central de Chile atribuyó este incremento en gran parte al Gobierno, que aumentó sus obligaciones externas en US$8.305 millones, un incremento de 72% respecto al año 2016, lo que significa que el Estado casi duplicó sus obligaciones externas, para cerrar 2017 en US$19.812 millones, equivalente a 6,8% del PIB.
Esto sin considerar los 5.500 millones de dólares en gastos para los próximos cuatro años, hasta 2021, que debe comprometer el Estado chileno, porque la pasada administración de la expresidenta Michel Bachelet dejó sin financiamiento, según explicó el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, a medios locales chilenos.
Polémica en ciernes
Su antecesor, el ex-ministro Nicolás Eyzaguirre negó que este gasto esa magnitud de gastos esté comprometido sin financiamiento, porque eso no lo permite la Ley de Presupuesto. Afirmación desestimada por el ministro del presidente Sebastián Piñera, quien insistió en la existencia de este gasto comprometido, pero no dispone de recursos para cancelarlo.
“Como ministro de Hacienda, mi deber es dar a conocer la situación real, fiscal, que tenemos, y esta situación tiene presiones de gastos adicionales que no están financiadas, en el siguiente sentido: no están en los presupuestos ministeriales, no están en las partidas de tesoro público, todo por el orden de los 5.500 millones de dólares en los cuatro años”, afirmó Larraín a radio Bío Bío.
Eyzaguirre ripostó que Larraín se refiere a las presiones adicionales, no a lo que está comprometido. “Lo que la gente va a creer es que debíamos US$ 1.000 millones y ahora que nos faltan US$5.500 millones, por lo que dijo el ministro de Economía. Qué van a pensar los tenedores de bonos internacionales de Chile, deben mucha más plata de la que dicen. No se puede jugar con estas cosas, este es un país medio riesgoso”, alertó el exministro, según recogió el portal ElPulso.
Revuelo de altura
Tal es el revuelo que ha generado esta polémica que la Comisión Mixta de Presupuestos y la de Hacienda de la Cámara del Congreso Nacional citó al ministro de Hacienda para que explique sus afirmaciones, en ambas instancias.
El crecimiento de la deuda chilena ha generado preocupación en círculos económicos y políticos, aunque su economía ha mostrado un desempeño superavitario en su exportaciones respecto a las importaciones (cuenta comercial de la Balanza de Pagos”.
Los Bancos y otras entidades financieras también aumentaron su deuda en US$3.600 millones, principalmente por nuevos créditos externos, finalizando el año con un saldo de US$29.475 millones.
En tanto, las Empresas no financieras (no IED) incrementaron la deuda en US$2.322 millones, para un saldo de US$ 130.369 millones. El resto de los sectores institucionales mostraron incrementos de menor magnitud.
Problema estructural
Aunque en 2017, las exportaciones de bienes totalizaron US$69.230 millones, 14,0% más que las del año precedente, según datos del Banco Central Chileno, menor a las importaciones que alcanzaron US$65.062 millones, la economía chilena mantiene una alta dependencia de las trasnacionales.
La balanza de pagos de Chile, instrumento que refleja la entrada y salida de divisas, está sujetas a los desembolsos de los grandes capitales internacionales que mantienen grandes intereses en la nación sureña.
Esto situación ha generado que la economía chilena esté sujeta a una alta extracción de renta que va a parar a los grandes centros financieros internacionales, lo que genera un problema estructural porque su equilibrio financiero pende de las transferencias de las empresas trasnacionales.