La compañía que elabora las guitarras Gibson, con las que han tocado desde Elvis Presley a Keith Richards, entre otros muchos icónicos artistas, presentó una petición para declararse en bancarrota junto a un plan para reflotar la empresa.
Con un volumen de ventas anuales de 170.000 guitarras en más de 80 países, Gibson realizó formalmente este reclamo en el tribunal de bancarrotas del Distrito de Delaware en los Estados Unidos, para protegerse de sus acreedores que, según propone en su plan de recuperación, en parte podrían pasar a convertirse en accionistas de la propia empresa.
A través de un comunicado, la compañía con sede en Nashville y sus subsidiarias estadounidenses anunciaron que han presentado casos de reorganización pre-negociados en virtud del Capítulo 11 del Código de Bancarrota de los EE. UU.
Además, la empresa dejó saber que contará con una inyección de 135 millones de dólares en nuevos créditos que la ayudarán a continuar operando durante sus procesos de reorientación y quiebra, además de terminar con un departamento de dispositivos de audio personales del que disponía Gibson tras la compra de parte del negocio a Philips en 2014.
A cambio, los prestamistas recibirían capital propio en una nueva compañía, reemplazando a los accionistas actuales como Henry Juszkiewicz. Entre estas empresas se encuentran Silver Point Capital, Melody Capital Partners LP, y KKR Credit Advisors. En otras palabras, cabría esperar que en la nueva Gibson hubiese una intervención mayor por parte de estos grupos inversores.