El partido de Jeremy Corbyn aumentó ligeramente su alto caudal electoral de las últimas municipales, pero demostró que le falta un trecho para alcanzar a sectores imprescindibles si quieren ser el próximo gobierno.
No hubo batacazo laborista en las elecciones municipales inglesas, ni voto castigo contra la primera ministra Theresa May, según concluyó una nota del diario argentino Página 12.
En uno de esos infrecuentes días soleados ingleses, la maltrecha May pudo sonreír con un mensaje victorioso en la localidad capitalina de Wandsworth, uno de los grandes objetivos laboristas. “El laborismo pensaba que podía ganar acá, pero no. El éxito en Wandsworth se replicó en otras partes. Este será nuestro punto de partida”, dijo la primera ministra.
El techo laborista probó ser muy alto respecto a los últimos comicios en 2014, que le dieron el control de 27 de los 34 municipios metropolitanos y 21 de los 32 capitalinos. El objetivo era entrar en pleno territorio conservador, desplazándolos de lugares emblemáticos como Wandsworth o Westminster.
En ambos distritos el partido de Corbyn achicó las distancias siderales que los separaba de los conservadores, pero no logró esa victoria espectacular que los hubiera proyectado como una fuerza arrolladora. En Plymouth, suroeste de Londres, consiguieron ese objetivo, al igual que en Manchester, donde le birlaron a los conservadores el único municipio bajo su control. Pero no fue suficiente.
Igual Corbyn se mostró satisfecho. “Nuestro voto progresó en muchos municipios, lo que es un logro. Estamos listos para una elección general”, dijo Corbyn.
La expresión facial de Corbyn era menos jubilosa que la de May, pero en la proyección nacional que hizo la BBC de estos resultados, los dos partidos quedaron empatados con un 35 por ciento de los votos, algo inimaginable hace un año.
Otro fuerte cambio en el paisaje político es que el partido rabiosamente antieuropeísta y pro-Brexit, UKIP, prácticamente desapareció del mapa. En 2014 tenía 126 concejales con un 17 por ciento del voto: ayer apenas consiguió mantener tres escaños.
A May los tiros le suelen salir por la culata como sucedió en las elecciones anticipadas que convocó el año pasado cuando, en vez del respaldo masivo que esperaba para negociar con la UE, perdió su mayoría parlamentaria.
Un resultado negativo en estas municipales hubiera debilitado mucho su posición, pero guarismos neutros como los que finalmente ocurrieron, reforzaron a los más duros de su gabinete, achicando su estrecho margen de maniobra en las tortuosas negociaciones para la salida británica del bloque europeo.