La Autoridad Nacional Palestina (ANP) enviará un convoy de 20 camiones cargados de medicamentos a Gaza, que afronta la escasez de estos bienes tras más de un mes de protestas junto a la frontera con Israel, que dejan 51 muertos y casi 8.000 heridos palestinos por fuego israelí.
«Bajo las instrucciones del presidente y del primer ministro, el Ministerio de Salud ha ordenado el envío de un convoy compuesto de 20 camiones que contienen todo tipo de medicamento desde los almacenes centrales a los del Ministerio en Gaza», informó hoy la institución en un comunicado.
Este fin de semana ese Ministerio indicó que su inventario de medicamentos quirúrgicos se encontraba «en el punto más bajo» e hizo una petición para que se le proveyera «lo antes posible».
Marwan Abu Saada, director del hospital Al Shifa, el mayor centro médico de la Franja, destacó «la grave falta» de medicinas y material quirúrgico, «especialmente debido al alto número de cirugías que se están realizando para las víctimas de la Gran Marcha del Retorno.
Además de diferentes bobinas, principalmente las usadas para la cirugía vascular, Abu Saada también solicitó antibióticos y medicinas para evitar la coagulación, gasas esterilizadas y otro tipo de materiales necesarios en la sala de operaciones, y destacó que era necesario resolver la situación para poder ofrecer una atención médica adecuada.
El pasado 30 de marzo las facciones palestinas en Gaza lanzaron una campaña de protestas conocida como la Gran Marcha del Retorno que pide a los residentes que se aproximen a la frontera con Israel para reclamar el fin del bloqueo sobre el enclave y el derecho al retorno de los refugiados.
Desde entonces, 51 palestinos han muerto por fuego israelí, la mayoría en manifestaciones o incidentes violentos cerca de la divisoria del enclave, controlado de facto por el movimiento islamista Hamás a pesar de los esfuerzos de reconciliación en marcha con Al Fatah, partido que gobierna a la ANP en Cisjordania.
Israel, por su parte, insiste en que los islamistas utilizan las protestas para provocar daños en la valla de separación, y poder infiltrarse en su territorio y cometer ataques, algo que ha dicho «no tolerará» y no permite que nadie se acerque a menos de 300 metros de la divisoria.