Estudiantes indígenas de la etnia náhuatl de la Universidad Veracruzana Intercultural (UVI) no solo dejaron de hablar su lengua autóctona sino que niegan su origen y no se asumen como nativo a causa de la discriminación racial y prejuicios sociales en México.
Así lo aseguró Claudia Patricia Eguiarte Espejo, investigadora de la UVI sede Grandes Montañas de México, quien participó en la conferencia y taller de ciencia «Interculturalidad y juegos escénicos» en el Museo de Antropología de Xalapa como parte del ciclo Sábados en la Ciencia.
Explicó que los indígenas padecen baja autoestima, debido a los actos de discriminación racial sufridos desde su infancia y este es el principal problema que presentan los jóvenes universitarios.
«El 80% de nuestra población es nahuahablante pero hay quienes no quieren usar el náhuatl porque se les ha etiquetado y han escuchado que hablar náhuatl no sirve para nada o que eso implica que eres indígena y que ser indígena quiere decir que eres flojo o floja«, destacó la profesora.
Eguiarte Espejo manifestó que a pesar de los conocimientos que han desarrollado los jóvenes, su autoestima está tan afectada que no les permite reconocer sus saberes ancestrales y culturales; por ello hay que concienciarlos en el empoderamiento y la destrucción de los prejuicios.
«Son jóvenes con una riqueza enorme y hay que ir de nuevo ayudando a recuperar confianza y cimentando autoestima», indicó.
La investigadora advirtió que de perderse la lengua náhuatl por la renuencia de sus hablantes se desperdiciaría un cúmulo de saberes y conocimientos ancestrales. Además, ocasionaría que los mexicanos «no pudiéramos reconocernos. Los pueblos originarios son pueblos con un profundo respeto por la naturaleza, por la madre tierra. En el país, las zonas donde todavía hay biocultural coinciden con las zonas con mayor diversidad cultural y de lenguas».
También comentó que es de gran relevancia ayudar a los niños y jóvenes a convivir y aceptar las diferencias étnicas para evitar que se reproduzcan los actos discriminatorias no sólo hacia los indígenas sino a cualquier minoría.
«El contacto cultural genera conflicto, sí, genera conflicto pero el problema no es el conflicto sino la forma en la que se enfrenta. Creemos que este taller es una semillita que se queda ahí en ellos para que al enfrentarse a estas situaciones sepan qué hacer», señaló.