Los astrónomos han encontrado agujeros negros que son más pesados de lo que deberían ser para su edad, pero hay otro nuevo descubrimiento que es aún más curioso. Se trata de un objeto al menos 4.000 veces más masivo que el agujero negro en el centro de la Vía Láctea y que crece más rápido que cualquier agujero negro que se haya visto.
Los agujeros negros ganan masa a partir del flujo de material atraído por su fuerza gravitacional. Sin embargo, cualquier agujero negro tiene una tasa de crecimiento cuyo límite depende de su tamaño, que en teoría nunca debería excederse.
Estos objetos son tan masivos que, incluso si se formaran inmediatamente después del nacimiento del universo y crecieran a la velocidad máxima posible, tendrían que haber comenzado con masas miles de veces superiores a las del Sol para alcanzar el tamaño que vemos.
El Dr. Christian Wolf, de la Universidad Nacional de Australia, señala que este es un problema importante para la física, ya que las supernovas más grandes producen agujeros negros de hasta 50 masas solares. O bien estos agujeros deben haber comenzado con una masa mucho mayor de lo que podemos explicar, o crecer mucho más rápido de lo que se creía posible.
En Publications of the Astronomical Society of Australia (con una preimpresión en ArXiv.org), Wolf y sus colegas anuncian el descubrimiento de J215728.21-360215.1, un agujero negro que crece tan rápido que, según las teorías existentes, debe ser 20 mil millones de veces la masa del Sol.
«Este agujero negro está creciendo tan rápido que es miles de veces más brillante que una galaxia entera», dijo Wolf a IFLScience. «Si tuviéramos este monstruo sentado en el centro de nuestra Vía Láctea, parecería 10 veces más brillante que una Luna llena», agregó.
La tasa de crecimiento de J215728.21-360215.1 es de media masa solar por día; casi duplica el récord anterior.
Se han encontrado agujeros negros más masivos, pero todos son lo suficiente viejos para que su tamaño no sorprenda. Las anomalías previamente identificadas, similares a este agujero, muestran crecimientos de hasta 10 y 12 mil millones de masas solares, muy por debajo del récord actual.
Wolf explica que todavía es necesario confirmar la masa de J215728.21-360215.1 con precisión, en un telescopio capaz de medir la velocidad del gas que lo está orbitando. Su tasa de crecimiento, sin embargo, ya se determinó con facilidad a partir del brillo de su cuásar.
J215728.21-360215.1 fue descubierto de manera secundaria en el estudio de la misión Gaia-ESA de los movimientos estelares. Wolf espera que una búsqueda más profunda revele la frecuencia de estos agujeros negros de gran tamaño para poder explicar la escala del fenómeno.
Fuente: IFLScience