Se debe hablar de obesidad en general en vez de obesidad infantil, ya que hay que apuntarle a los padres porque los niños no tienen la capacidad de regulación sino hasta los 14 o 15 años, así lo afirmó Alberto Cormillot, médico especializado en nutrición y obesidad, en una entrevista para Radio Universidad de Argentina sobre la obesidad en niños, niñas y adolescentes.
«Si los padres no cambian, no hacen ninguna reingeniería, no hay posibilidad que el chico cambie», añadió.
El concepto de reingeniería es del tiempo, refirió el especialista, para que el niño desayune sano, para dormir lo adecuado, para que controlar que los alimentos que entrna a la casa y a los colegios sean más saludable.
“La gente está más informada pero no cambia por la información, si la gente cambiara por la información ya hubiese dejado de fumar. La gente cambia cuando está motivada”, refirió.
Cormillot aseveró que este mundo donde todo preparado para engordar es muy difícil para la gente tomar medidas para cambiar.
Aseguró que debería ser una responsabilidad del Estado regular las ofertas de bebidas azucaradas, del etiquetado, de las porciones e incluso de los programas de formación que eduque a las personas a saber como comer saludable.
Asimismo, resaltó que la actividad física es un porcentaje importante, es un complemento de la alimentación, sin embargo es imposible regular el sobrepeso solo con el ejercicio.
En contexto
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) al menos 42 millones de niños menores de cinco años sufren de obesidad o sobrepeso en el mundo, una situación que el ente ha calificado como una epidemia global, que afecta a menores de países desarrollados y los que están en vías de desarollo.
Según la página de este organismo en «todo el mundo, el número de lactantes y niños pequeños (de 0 a 5 años) que padecen sobrepeso u obesidad aumentó de 32 millones en 1990 a 41 millones en 2016. Solo en la Región de África, el número de niños con sobrepeso u obesidad aumentó de 4 a 9 millones en el mismo periodo».
El informe de la OMS dice que en los países en desarrollo con economías emergentes (clasificados por el Banco Mundial como países de ingresos bajos y medianos) la prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil entre los niños en edad preescolar supera el 30%.
Recientes investigaciones y estudios arrojan que si se mantienen las tendencias actuales, el número de lactantes y niños pequeños con sobrepeso aumentará a 70 millones para 2025.
Sin intervención, los lactantes y los niños pequeños obesos se mantendrán obesos durante la infancia, la adolescencia y la edad adulta.
Por esta razón, desde el año pasado la OMS implementó nuevas medidas para combatir la obesidad infantil, la iniciativa incluye medidas de peso y estatura, una evaluación de los hábitos alimenticios y consejos para los padres.
Pues de no realizarse estas acciones pronto, los niños con obesidad en el mundo tendrán mayor riesgo de sufrir enfermedades como diabetes, así como muerte prematura y consecuencias psicológicas.
La OMS recomienda a las instituciones sanitarias evaluar a todos los menores de cinco años y determinar su peso por talla y estado nutricional según las normas de crecimiento infantil.
Además, insiste en proporcionar consejos a los padres sobre nutrición, actividad física y la promoción y apoyo para la lactancia materna.
La nuevas directrices de la OMS, se basan en el alcance de los objetivos de desarrollo sostenible y son parte del plan de aplicación integral sobre nutrición materna – infantil del niño pequeño.
Tal y como explica la OMS «la obesidad infantil está asociada a una amplia gama de complicaciones de salud graves y a un creciente riesgo de contraer enfermedades prematuramente, entre ellas, diabetes y cardiopatías».
A través de la lactancia materna exclusiva desde el nacimiento hasta los seis meses de edad es un medio importante para ayudar a impedir que los lactantes se vuelvan obesos.