Durante la dictadura de Argentina (1976-1983), el país estaba sometida a un embargo internacional de ventas de armas por violaciones a los derechos humanos. Esto no fue obstáculo para que el gobierno israelí obtuviera jugosas ganancias con múltiples contratos de ventas de material bélico israelí a Buenos Aires.
El régimen de Tel Aviv, asimismo suministraba armas a Argentina durante la guerra de Malvinas entre el país suramericano y el Reino Unido en 1982 (abril-junio). Hernán Dobry, en su libro Operación Israel: El rearme argentino durante la dictadura (1976-1983), alude a la función especial que cumplieron los Estados Unidos en la venta de armas de Israel a Argentina durante la referida época.
“Israel jamás en su historia pudo haberle vendido un tornillo a la Argentina sin la autorización de los Estados Unidos, porque sus armamentos tienen partes americanas. Hay una ley estadounidense que dice que cualquier tornillo fabricado en su país si va a ser vendido a un tercero debe contar con expresa autorización de su gobierno”, señala.
Transcurriendo 42 años del inicio de la dictadura cívico-militar argentina del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, el régimen de Tel Aviv aún sigue con el negocio de armas con Buenos Aires. Con la llegada de Mauricio Macri a la Presidencia de Argentina, ambas partes han acordado profundizar sus lazos.
“(Israel) fue uno de los principales proveedores de armas a la dictadura militar argentina (…) Lamentablemente las cosas se están volviendo a repetir hoy en día”, alertó hace meses Pedro Goldfarb, encargado de asuntos internacionales para América Latina del Partido Comunista de Israel, evaluando un viaje del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu a Argentina, en septiembre de 2017.